Condenan a 'Santi Potros' a 94 años de cárcel por un atentado cometido en 1987

efe
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El etarra orquestó un ataque con coche bomba contra la Guardia Civil en Barcelona y mató a un hombre que estaba en una cabina telefónica

El excabecilla de ETA Santiago Arróspide Sarasola, alias Santi Potros, fue condenado ayer a 94 años de cárcel por participar en un atentado contra una patrulla de la Guardia Civil en Barcelona, en abril de 1987, que causó la muerte a un hombre que en ese momento se encontraba en una cabina telefónica y heridas graves a dos personas más. Este es uno de los casos que motivó su detención el pasado enero, tras haber sido excarcelado un mes antes por el cómputo de penas realizado por la Audiencia Nacional.

El que fuera jefe de comandos de la banda terrorista fue detenido el pasado 20 de enero e ingresó en prisión provisional por riesgo de fuga. Un mes antes, la Justicia le había puesto en libertad al descontar de su condena las penas cumplidas en Francia, un criterio que fue corregido después por el Tribunal Supremo.

Desde entonces, Santi Potros fue condenado en junio a 17 años de cárcel por ordenar el asesinato frustrado del que fuera fiscal general del Estado Luis Antonio Burón Barba y ahora suma otra pena de 94 años de prisión por dar instrucciones al comando Barcelona para que atentaran contra una patrulla del Instituto Armado, cuyos dos ocupantes sufrieron heridas de gravedad.

La Sección Tercera de la Sala de lo Penal considera ahora a Potros, que fue condenado por ser el cerebro del atentado de Hipercor que costó la vida a 21 personas en 1987, responsable de un delito de asesinato consumado, dos asesinatos en grado de tentativa, otro de estragos terroristas y cinco faltas de lesiones, que llevan aparejados una pena de 94 años de prisión con arreglo al Código Penal de 1973.

Los magistrados Alfonso Guevara, Ángeles Barreiro y Clara Bayarri impusieron al histórico dirigente etarra la obligación de indemnizar, de forma solidaria con los ya condenados Mercedes Ernaga, Domingo Troitiño y Rafael Caride Simón, con 612.400 euros a las víctimas del atentado y los herederos de Juan Fructuoso Gómez, que contaba con 29 años en el momento de los hechos.

El tribunal declaró probado que el entonces jefe del aparato militar suministró a los miembros del comando Barcelona Domingo Troitiño, Rafael Caride y Josefa Mercedes Ernaga 40 kilogramos de explosivo amonal, pistolas, temporizadores y detonadores para atentar en el marco de una «campaña contra militares de alta graduación, miembros de la Guardia Civil y Policía». A través suyo, los etarras recibieron un automóvil que había sido robado y cargado de explosivos para que explotara al paso de una patrulla de la Guardia Civil en el cruce de la Avenida Meridiana con las calles Vizcaya y José Estival de la ciudad condal.