La inagotable ambición rubia

J. Villahizán (SPC)
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Madonna vuelve a reinventarse a los 60 años con un nuevo disco que saldrá próximamente y que está inspirado en los sonidos del fado

Dicen de ella que de pequeña solía hacer piruetas y volteretas en los pasillos del colegio entre clase y clase, que se colgaba de sus rodillas en la barra de gimnasia y que solía provocar a los chicos con gestos impúdicos y levantándose la falda para que le vieran la ropa interior. Con apenas 14 años, Madonna Loise Veronica Ciccone ya apuntaba maneras... y ¡qué maneras! en la West Middle School de Detroit. Tan solo 10 años más tarde desde entonces, Madonna se convertiría en lo que es actualmente: la ambición rubia. 

Hoy, seis décadas después de que naciese en la pequeña localidad de Bay City (Míchigan, 1958), la reina del pop acalla a aquellos agoreros que creían que su éxito iba a ser flor de un día o de unos años y celebra el próximo día 16 su 60 cumpleaños en plena forma. 

Tal es su energía, que ya ha anunciado que en los próximos meses presentará nuevo disco, que estará influenciado por la música portuguesa, país en el que reside desde hace un año.

«Aquí me he encontrado con maravillosos músicos y estamos terminando de trabajar en mi nuevo álbum. Lisboa se transformó en una gran influencia en mi música», destacó la artista a una publicación internacional. «Siempre dije que Portugal está gobernado por tres F: el fado, el fútbol y Fátima. También es un país muy católico, lo que me va bien», agregó.

Siempre inagotable, Madonna ha hecho de todo o de casi todo en el mundo del espectáculo. Empezó como bailarina a finales de los 70 para convertirse posteriormente en cantante en una banda de rock y, de ahí, dio el salto al estrellato.

La explosiva artista no tardó tampoco en crear su propio estilo allá por la década de los 80. Su forma de vestir, sus actuaciones, sus comentarios y sus vídeos musicales empezaron a influir en mujeres y jóvenes que se convirtieron en fieles seguidoras de la cantante.

Logró el reconocimiento mundial después del lanzamiento de su segundo álbum de estudio, Like a Virgin, en noviembre de 1984, momento en que encabezó las listas de popularidad en varios países, al tiempo que vendía más de 25 millones de copias en todo el planeta.

A partir de entonces, su carrera fue imparable. Con los sencillos True Blue y La isla bonita, dos años más tarde, la artista acaparó los máximos reconocimientos y su música y sus puestas en escena eran conocidos en todos los lugares.