A medio gas. No necesito más el Real Ávila para imponerse  en lo que era su cuarto partido de pretemporada ante una selección de jugadores argentinos Sub’23 que llegó para enseñarse pero que se quedó entre bambalinas. Fue más una tarde para sumar minutos que para encontrar conclusiones. Porque el rival ni pudo si supo. Compareció, pero poco más ante un Real Ávila que tendrá otros exámenes más exigentes e interesantes.

Se presentó con lo justo, con once jugadores, la selección de jugadores argentinos  Sub’23. No escatimó en ganas el equipo encarnado de inicio. Tampoco en el esfuerzo Bitar, que antes del primer cuarto de hora ya había salvado a los suyos cuando Edu y Juli quisieron inaugurar el marcador. Se acercó Garretas, cuyo testarazo acarició el larguero después de que Jorge volviera a demostrar que en las jugadas a balón parado es el primer lanzador. Y como no podía ser de otra manera llegaba el 1-0 a balón parado, de córner. De nuevo Jorge como lanzador y de nuevo un central al remate. Esta vez Oli, que recogía el cuero en el segundo palo y la cruzaba al primero. Poco después –minuto27– Diego la estrellaba en el larguero.

Quería intentarlo el conjunto argentino, pero no podía. Ni en lo colectivo ni en lo individual. Demasiado verso libre, demasiado campo y demasiado Ávila, que encontró a Juli y encontró el segundo. El ‘7’ tiene claro a lo que ha llegado al Adolfo Suárez. En el área sentó a Pedraza y rompió a Spinsanti. Todo en una baldosa, con dos pisadas. Lo difícil lo hizo fácil, como su remate a portería. Sencillo y suficiente para batir a Bitar y colocar el 2-0 antes de la media hora.

Acariciaba el Ávila el tercero. Antes o después llegaría. Le faltó puntería a Jorge –minuto 36– cuando Edu se la dejaba de tacón dentro del área. Jorge perdonó, pero el ‘9’ se apuntaba el primero –minuto 39– a su cuenta particular (3-0) cuando empujaba en el área una dejada de Josito.

Llegó el descanso con la sensación de que a los argentinos se le haría tan duro como largo el segundo tramo del partido. Y así fue. Jonathan Prado movió el banquillo. Saltó Peli, en cuyas botas reposará el peso del equipo en el centro del campo, Gato, Mayorga y Roa, esta vez como central. El que siguió fue Edu. Siguió jugando y marcando. Suyos fueron el 4-0 y el 6-0. De por medio, el 5-0 de Mayorga. La cuenta podía ser muy larga. Era el 63’ y el rival ya había claudicado. Julio hizo el 7-0 y Rubén Ramiro cerró el partido con el 8-0 final.