Prueba de fuego para Nadal

DPA / Madrid
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El zurdo de Manacor espera recuperar su mejor juego antes de encarar Roland Garros

Que la confianza de Rafa Nadal está más frágil que nunca no es un secreto, así que el Masters 1.000 de Madrid, que arranca hoy, servirá como nuevo termómetro del estado de forma del español, a quien cada vez le queda menos tiempo antes de afrontar la conquista de su décimo Roland Garros.

Pocas veces se ha visto tan vulnerable al balear en cualquier superficie, pero, desde su explosión, nunca ha mostrado tantas grietas sobre tierra batida, el terreno sobre el que muchos lo consideran el mejor de la Historia.

Después de un 2014 plagado de lesiones, en el que jugó muy pocos partidos durante el segundo semestre, el manacorí, de 28 años, empezó 2015 con muchas dudas.

Sobre cemento ha sufrido más que nunca, pero la gran novedad fue verle caer también en arcilla. Levantó el título en Buenos Aires, pero allí no se enfrentó contra ninguno de los mejores.

En Río de Janeiro cayó en semifinales con el italiano Fabio Fognini, el mismo hombre que le eliminó en el Godó la semana pasada en octavos. Días antes, había perdido en semifinales en Montecarlo frente al serbio Novak Djokovic. El número uno no estará en Madrid, ya que ha decidido descansar y jugar en Roma su último torneo antes de Roland Garros, único ‘Grand Slam’ que aún no tiene en su palmarés. No obstante, el mayor obstáculo en el camino de Nadal actualmente no es el balcánico, sino su propia mente, como demostró su feroz autocrítica tras caer en Barcelona. «Hasta que no resuelva los altibajos que estoy demostrando, seguiré siendo vulnerable», afirmó el español, que calificó de «desastre» y «vulgar» su rendimiento.

El balear debutará ante el ganador del duelo entre un jugador de la previa y el estadounidense Steve Johnson. Los peligros acechan más adelante, donde se insinúa un posible duelo con Stanislas Wawrinka o, de nuevo, con Fognini. Y, en unas hipotéticas semifinales, el mallorquín se cruzaría con Federer.

Por la otra parte del cuadro discurren tenistas como el británico Andy Murray, el japonés Kei Nishikori y el español David Ferrer.

En 2014, Nadal llegó a Madrid con dudas, pero las resolvió con su cuarto título. Una semana después cayó en la final de Roma ante Djokovic y poco después se hizo con su noveno Roland Garros.

En la capital francesa, donde los partidos son a cinco sets, el balear cuenta con ventaja, pero es consciente de que nada es para siempre. «Ni Borg ganó 20 años seguidos y Federer también ha pasado épocas que no han sido tan buenas. Los grandes no son eternos. Indiscutiblemente, yo tampoco», sentenció.