Mas ya no convence a nadie

AGENCIAS
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El presidente de la 'Generalitat' se queda sin apoyos en el frente independentista después de que la CUP rechazara una oferta de pacto y Esquerra e ICV le exijan que convoque elecciones

DEBATE DE POLÍTICA GENERAL EN EL PARLAMENT - Foto: Toni Albir

CiU pasa por sus momentos más difíciles desde que su líder, Artur Mas, que lleva casi una década con las riendas del partido, decidiera adentrarse él y su formación en la deriva secesionista hace tres años. La caja de Pandora que abrió en septiembre parece que se lo va a tragar, ya que la Generalitat, tras fracasar estrepitosamente en su objetivo de celebrar el próximo 9 de noviembre una consulta independentista, ve cómo sus aliados, muy decepcionados con sus últimos movimientos, le dan la espalda y le exigen que disuelva el Parlament. Ha llegado la fase más caótica, la de los comunicados y los desmentidos, propios o ajenos. Y, para colmo de males, la escisión no se producirá en España pero puede que sí en su partido, ya que su socio, el jefe de Unió, José Antonio Durán i Lleida, le presiona de tal manera que ayer, por primera vez en la legislatura, no ejerció como portavoz en el Congreso, donde lleva desempeñando esa función desde 2004.

El panorama pinta así muy negro para el jefe del Ejecutivo regional, que vio cómo ERC e ICV-EUiA recibieron con malestar el anuncio del Govern de un preacuerdo con el ala más radical del frente secesionista, la CUP, para rehacer la «unidad técnica» sobre el 9-N, ya que no avalaron la propuesta descrita por el portavoz, Francesc Homs, y recalcaron que no hay ningún pacto porque la formación de David Fernández así lo desmintió posteriormente.

Horas más tarde, Esquerra e Iniciativa firmaron un documento en el que reclaman a su antiguo aliado la convocatoria de elecciones de forma inmediata, una propuesta que hicieron llegar a la CUP, que la está estudiando. También se le exige al barcelonés que aclare que la cita del fallido referéndum es, simplemente, un proceso participativo.

Republicanos y ecosocialistas, que se vieron con los más radicales por la noche, defendieron también que ese día se dé una «gran movilización» contra el hecho de que el Gobierno impida a los catalanes celebrar una consulta, aunque abren la puerta a que esta movilización pueda tener expresiones diversas.

Las cúpulas de Esquerra e Iniciativa almorzaron juntas para analizar el anuncio, y Oriol Junqueras aseguró sentir «incredulidad e incomprensión de que la Generalitat difunda un acuerdo que después las partes que participan en éste desmienten». Así, pidió al Govern que, tras «romper» la unidad de los partidos proconsulta, asuma ahora las 11 condiciones que ha puesto la CUP encima de la mesa para apoyar el nuevo proceso participativo.

El alcalde de San Vicente de las Huertas insistió también en pedir elecciones «lo más rápido posible», ya que consideró que es el único camino para conseguir el mandato democrático necesario para declarar la independencia si una mayoría del nuevo Parlament así lo avala, puesto que la situación actual es «ingobernable». Yes que su partido no está dispuesto a apoyar unos nuevos presupuestos en una Cataluña autonómica debido a que, según aseguró, deberían incluir otra reducción de 5.000 millones en los ingresos.

Parece que poco importan ya las palabras de Homs, que ve cómo su partido tiene muchos incendios que sofocar, comenzando por una cita con las urnas que, a día de hoy y con las encuestas en la mano, certificaría la defunción política del mismo y el triunfo de ERC, algo «muy grave» para la líder del PPC, Alicia Sánchez-Camacho. «La facultad de convocar elecciones es exclusiva e indelegable del presidente de la Generalitat», aseveró el de Vic, que quiso responder así a la exigencia, el pasado domingo, de la ANC y Òmnium Cultural para que Mas lo haga en tres meses a cambio de dar su apoyo a la consulta alternativa. Así, añadió que el president sopesa unas elecciones con carácter plebiscitario.

Desde el PSC, formación con la que coqueteó en el Parlament el president el pasado 16 de septiembre, su portavoz, Esther Niubó, cuestionó la utilidad de unas elecciones anticipadas en Cataluña, al tiempo que le apremió a dejar de «engañar» y concretar para qué servirían estos comicios y qué utilidad tendrían para los catalanes.

Puede que la respuesta fuera que para que se rompa definitivamente Convergencia, pues el número uno de Unió, José Antonio Durán i Lleida, que podría mediar según un diario digital, insinuó que igual ERC es su sustituto, salvándose así de un más que previsible naufragio en las urnas.