Forenses al límite

DPA
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Una treintena de expertos trabaja sin descanso en el lugar del accidente para tratar de identificar a los fallecidos lo antes posible

Llevan trajes de protección blancos, mascarillas y guantes, y esconden su pelo bajo un gorro verde. Y, sobre todo, su trabajo es muy delicado. En torno a 36 expertos trabajan en un puesto levantado en Seyne-les-Alpes, en los Alpes franceses, en la identificación de las 150 víctimas del accidente de Germanwings del pasado martes.

Algunos de ellos recogen los restos mortales de las víctimas en el lugar donde estrelló el aparato, en lo alto de escarpadas montañas. Entre 400 y 600 partes de cuerpos han sido recuperados y trasladados ya en helicóptero hasta el valle, pero nadie puede decir cuántos más quedan allá arriba, entre las rocas.

Patrick Touron, vicedirector del Instituto de Investigaciones técnico-criminales de la gendarmería francesa, encoge los hombros. La operación en Seyne-les-Alpes está siendo, para él y su personal, fuera de lo común y muy exigente. A veces, incluso ellos necesitan ayuda. Por eso hay atención psicológica para todo el equipo.

Los familiares de las víctimas viajaron el jueves a Marsella, donde se han tomando muestras de ADN para encontrar coincidencias e identificar a las víctimas. Los médico forenses utilizan también datos de los países de origen de los fallecidos, como información dental o radiografías. Los miembros de la tripulación pueden reconocerse, incluso, a partir de los restos de sus uniformes.

«Ne pas ouvrir, analyse en cours»: «No abrir, análisis en curso» se lee en un cartel en un camión azul de la gendarmería. Las pruebas de tejidos se envían a otros lugares en sobres marrones. El objetivo final es lograr atribuir las partes de los cadáveres a las víctimas.

«Trabajamos lo más rápido que podemos», explica Touron, «hacemos todo lo posible para devolver a cada familia a su ser querido». Pero no sabe cuándo podrá ocurrir. De hecho, el permiso para enterrar los cadáveres debe ser aprobado por la Fiscalía general.

No obstante, la recuperación de los restos en el lugar del accidente está lejos de terminar. «Las mayores dificultades las tiene la gente que está sobre el terreno», remarca Touron. La zona es de muy difícil acceso y la búsqueda es también extremadamente peligrosa. «El terreno es empinado y resbaladizo», señala el jefe de las fuerzas de rescate de montaña, Olivier Cousin. Su gente es la responsable de asegurar con cuerdas a los expertos durante su difícil trabajo. A veces, el equipo sale con crampones y picahielos, que dan una mayor estabilidad, aunque ya no haya nieve allí arriba.

Precisamente, el tiempo es otro factor imprevisible. En estos días las condiciones fueron perfectas para el vuelo de los helicópteros: sol y poco viento. Pero si llega el aire, la lluvia o la nieve, los aparatos que cada día llevan a decenas de personas a la montaña, quizá no podrían despegar, alerta David Girodet, responsable de las operaciones en helicóptero de la gendarmería y de la seguridad de sus vuelos. El agente teme, sobre todo, a la nieve: «porque entonces las nubes estarían bajas». Y eso sería demasiado peligroso para volar en la escabrosa cordillera.

Coordinación.

Mientras, en la zona del impacto se sigue trabajando, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, anunció ayer que está previsto que la próxima semana los equipos de policía científica de los Mossos d’Esquadra, Guardia Civil y Policía Nacional que trabajan coordinadamente en Barcelona ya tengan el 100 por 100 del código genético de las personas que viajaban en el avión que se estrelló en los Alpes franceses.

 En declaraciones a los periodistas antes de presidir el Comité Electoral del PP catalán, explicó que todavía se trabaja en lograr las muestras antropométricas, dentales y de ADN que permitan establecer el código genético de aquellas víctimas que vivían en España: «Este trabajo está hecho en un 80 por ciento. Confiamos que a mediados de la semana que viene esté terminado».

En sentido, explicó que una vez se tenga el 100 por 100 de estas muestras se enviarán a París, donde se analizarán y se compararán con las muestras de los restos de los fallecidos que recuperen los equipos de rescate. Fernández reconoció que todo este proceso llevará su tiempo, y remarcó que lo más importante ahora es estar al lado de las familias y mantenerlas informadas de cómo avanzan los trabajos de rescate, cuándo se identificará a los cadáveres y cuándo podrán ser repatriados los restos mortales de aquellos que viajaban en el vuelo siniestrado.

Además, el ministro ensalzó esta tarea como una muestra más de la «excelente colaboración» que han mantenido en este caso los distintos Cuerpos de Seguridad del Estado y las Fuerzas autonómicas.

Por otro lado, sobre los tuits ofensivos contra los fallecidos, el ministro explicó que las unidades correspondientes ya están investigando a los autores de estos «terribles e intolerables» mensajes en las redes sociales que, además, están siendo analizados por la Justicia.