La representación del cuento Los tres cerditos, con numerosas y muy bien traídas licencias para hacer el cuento nuevo manteniendo su esencia, puso fin al ciclo de títeres organizado por el Ayuntamiento para celebrar con los más pequeños y sus padres del Día del Libro.

Okarino Trapisonda, la compañía encargada de este ciclo, desplegó ayer su arte y su humor para divertir a los niños en la biblioteca Olegario González de Cardedal, teniendo que recurrir al bajo techo ya que la intención de representar la obra al aire libre, como hizo el sábado en la Posada de la Feria con La brujita pastelera, se vino al traste por la amenaza de lluvia.

Los tres cerditos del cuento que quieren ser propietarios de un terrenito edificable para vivir mejor y el lobo malo –y menos listo de lo que se cree– que se los quiere comer vivieron aventuras, desventuras y alguna que otra locura, para componer una historia con una pizca de moraleja y un mucho de diversión que dejó encantados a los niños, tal y como había ocurrido el mentado sábado en La Feria y un día antes en la biblioteca José Jiménez Lozano, en esta ocasión reversionando el clásico Caperucita Roja.

Fin, por lo tanto, a un ciclo breve que ha contado con fieles espectadores, siempre implicados, que lo han pasado muy bien con Okarino Trapisonda.