La guerra en Yemen será larga

AGENCIAS
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El rey Salman de Arabia Saudí anuncia en Egipto que los ataques aéreos no cesarán sobre el país vecino hasta que la estabilidad se haya restaurado y pueda regresar el presidente Hadi

Tras dos días de bombardeos sobre Yemen por parte de la coalición internacional liderada por Arabia Saudí con el objeto de hacer retroceder a los rebeldes huthis que han tomado por la fuerza algunas zonas del país, el rey Salman de Arabia auguró ayer una guerra larga durante la cumbre de La Liga Árabe que se celebra en la localidad egipcia de Sharm el Sheij.

Y prometió, además, que los ataques aéreos que la coalición encabezada Riad está llevando a cabo contra los milicianos no cesarán hasta que la estabilidad se haya restaurado en el país vecino, con el que comparte frontera.

Por su parte, el presidente yemení, Abd Rabo Mansur Hadi, que también asistió a la cumbre egipcia, culpabilizó al Gobierno chiíta de Teherán del caos en su país y sostuvo que los huthis eran «los peones de Irán». Los ataques tienen que seguir «hasta que la banda de los rebeldes se rinda», pidió.

En los últimos meses, los huthis han ido conquistando amplias partes del territorio y tomaron incluso la capital, Saná. Esta semana siguieron su avance hasta la ciudad de Adén, en el sur del país. Allí se había refugiado el presidente Hadi huyendo de los insurgentes, hasta que huyó a Arabia Saudí.

Asimismo, el ministro de Exteriores de Yemen, Riad Yasin, añadió la posibilidad, que «es muy posible», indicó, de que se produzca una intervención de fuerzas terrestres de la coalición árabe liderada por Arabia para restaurar a las autoridades ante el avance de los rebeldes, que controla gran parte del territorio.

Al ser preguntado sobre la necesidad de la intervención de tropas terrestres extranjeras en Yemen, Yasin afirmó contundente que «es posible, muy posible». El ministro también anunció desde Sharm el Sheij que el presidente yemení permanecerá fuera de Yemen, en una capital árabe, hasta que la situación en el país permita su regreso.

‘Tormenta decisiva’.

Desde la madrugada del pasado jueves una alianza liderada por Arabia Saudí bombardea posiciones de los insurgentes y sus aliados en el  operativo Tormenta Decisiva.

El reino saudí quiere frenar a toda costa el ascendente poder de Teherán en el Golfo Pérsico. «La milicia huthi ha convocado a fuerzas extranjeras para debilitar la seguridad en toda la región», aseveró el rey Salman en referencia velada a Irán.

La crisis de Yemen está considerada, además, como una prueba para el monarca saudí de 79 años, que en enero llegó al trono para suceder a su medio hermano Abudlá, de 90 años.

La casa real saudí, de confesión sunita, pertenece a la rama del Islam que está enfrentada con los chiitas, la mayoría en Irán. El país persa es su principal rival en la región y ambas naciones libran una suerte de guerra encubierta en Yemen para demostrar quién tiene más poder en la zona.

Al reino de Riad le irrita, además, que Teherán participe en el conflicto de Irak y Siria. Arabia teme asimismo un acercamiento entre Estados Unidos e Irán si se llegara a un acuerdo sobre el polémico programa nuclear de Persia.

Según la organización de derecho humanos Human Rights Watch (HRW), decenas de personas han muerto como consecuencia de los ataques aéreos. Tan solo en la capital, Sana, fallecieron 34 ciudadanos, indicó la organización. Ya han sido identificados 11 cadáveres, entre ellos dos mujeres y dos niños.

Testigos relataron que muchas personas huyeron de Saná por temor a que se agrave la situación. Según la página de noticias yemení Al Masdar Online, la capital vivió durante la noche del viernes al sábado los peores bombardeos desde el inicio de los ataques.