Hace casi dos años la Junta de Castilla y León dio el visto bueno a un nuevo sistema de catalogación para los establecimientos de turismo rural que, entre otras cuestiones, conlleva la atribución de estrellas verdes en función de los servicios y las características de cada alojamiento. Pese a que en un primer momento la Administración regional estableció el pasado 3 de marzo como fecha límite para que los establecimientos de turismo rural se adaptaran a esta normativa finalmente, y ante la escasa concurrencia de los mismos, la Junta se vio obligada a ampliar hasta el próximo 20 de diciembre el plazo para que los establecimientos cumplieran con este requisito sin el cual no podrían seguir funcionando, habida cuenta de que esta adaptación a la nueva catalogación requería en no pocos casos obras de mejora en los establecimientos.

A algo más de dos meses para que concluya el plazo de adaptación a esta normativa, prácticamente siete de cada diez establecimientos de turismo rural de esta provincia  (el 69,5 por ciento) ya se han acogido a esta nueva categorización, a la que también se han adaptado directamente los 74 nuevos establecimientos que se han dado de alta desde que la Junta aprobó este nuevo sistema de categorías por estrellas, que es similar al de los hoteles.

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