Aunque normalmente es la Muralla la que con todo su simbolismo se une al apagón de una hora en la lucha contra el cambio climático, este año hubo cambios. El monumento fue diferente, San Vicente, pero el significado es exactamente el mismo.

La decisión de cambiar a San vicente este ‘apagón’ se debe a que este 28 de marzo se celebraba el V Centenario del nacimiento de Santa Teresa y por ello se quería tener la Muralla iluminada porque era un día lleno de luz. Aún así se eligió también un monumento céntrico y de importancia como corresponde a la lucha contra un fenómeno que tantas voces ha levantado en todo el mundo.

El camino lo lidera WWF y ya ha conseguido la adhesión de casi 10.000 ciudades de 172 países en la llamada ‘Hora del Planeta’, una campaña que se ha convertido ya en un icono de la lucha. En España, se han sumado más de 260 ciudades, que apagan las luces de sus monumentos y edificios más emblemáticos durante una hora.

Así se mantiene el simbolismo de lo que comenzó hace nueve años en Sidney, donde se apagaron las luces de sus monumentos más importantes para llamar la atención sobre el problema del cambio climático. Ahora es todo un movimiento mundial que llega a lugares tan conocidos como   la Acróposis de Atenas o la Alhambra de Granada y en el que Ávila también quiso poner una vez más su granito de arena.