El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, apeló ayer a la unidad para salir de la crisis y subrayó, en un discurso pronunciado en Barcelona, que «nadie debería obstruir esta senda» sin explicar «los costes de caminar en sentido contrario».
«Encerrarse en sí mismo y permanecer inmóvil ante los cambios son ingredientes seguros para el fracaso en este nuevo siglo; en cambio, abrir camino en el exterior, ganar tamaño e innovar son claves del éxito que indican la actitud vital que deberíamos asumir con ilusión», que es precisamente «lo que estamos haciendo juntos», mantuvo en la clausura del decimoquinto aniversario del Foro de Marcas Renombradas Españolas (FMRE), que lidera el presidente de Freixenet, Josep Lluís Bonet. El líder de la Generalitat, Artur Mas, intervino horas antes en la inauguración de este foro, que abandonó al término de la sesión de apertura, por lo que no se quedó a escuchar el discurso de Rajoy.
En su alocución, el jefe del Ejecutivo enumeró también los datos económicos positivos que, a su juicio, demuestran que España está iniciando la recuperación, los cuales están «devolviéndole rápidamente el justo reconocimiento internacional».
Además, insistió en la importancia de la unidad para que el país consiga sus objetivos, señalando que «nuestro futuro juntos no conoce fronteras». «Probablemente, para ir rápido pueda ser mejor ir solo, pero para llegar lejos es mejor ir bien acompañado», aseveró.
En este sentido, el líder popular recordó que, en los peores momentos, los españoles han sido capaces de sumar energías y talentos y han mostrado una solidaridad sin límites para lograr un país próspero y lleno de oportunidades.
Así, al referirse a la internacionalización de las empresas nacionales, apuntó a que, actualmente, se tiende «imparablemente» a «la desaparición de las fronteras» y por eso el Gobierno ha puesto en marcha «un sinfín de iniciativas» para fomentar su proyección en el exterior, como aquellas destinadas a «eliminar cualquier clase de traba o barrera que compartimente nuestro talento o dificulte la libre circulación de nuestros proyectos en el mercado doméstico o internacional».
IMPONER SUS TESIS. Por su parte, Mas reconoció que él se ha instalado «en un camino personalmente peligroso» con el debate soberanista, ya que debe enfrentarse con la fuerza que tiene un Estado.
«He notado en mis carnes que me he puesto en un camino personalmente peligroso», afirmó durante la sesión de control al Ejecutivo catalán en el Parlament.
Asimismo, consideró que es «evidente que hay un conflicto» entre Cataluña y el Estado, por lo que pide votar para resolverlo, y lamentó que el Gobierno central opte por imponer unas tesis que entiende minoritarias. «Antes de ir a votar, hablaríamos de lo que fuera necesario y cada uno defendería su posición», propuso el presidente de la Generalitat.