«En el centro de la ciudad de Ávila, en la plaza de Santa Teresa, nos hemos reunido para hacer el elogio de una mujer excepcional que nos ha precedido en la fe de Dios, en el amor a Jesucristo y en los trabajos por el Evangelio». Con esta palabras inició su homilía en la apertura del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa el arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, quien subrayó que «la reforma que la Santa inició en el convento de San José enriquece con un nuevo estilo la vida religiosa dentro de la Iglesia».

Monseñor Blázquez definió a la Santa andariega como «una mujer que dio una respuesta de largo alcance a los desafíos de su tiempo» e invitó a todos a «afrontar valientemente el desafío que los tiempos nuevos nos plantean» y que hace referencia al «silenciamiento de Dios, las dificultades para transmitir el Evangelio o los vientos contrarios desencadenados sobre la familia».

«Estamos comenzando el V Centenario del nacimiento de una mujer del siglo XVI y este ejercicio de memoria es para nosotros aprendizaje de historia, maestra de la vida, y si damos la espalda a nuestra pasado, recortaríamos las posibilidades de nuestro presente y futuro personal, eclesial y social», afirmó el arzobispo de Valladolid, quien señaló que Teresa de Jesús fue «una monja contemplativa, una mujer orante y de una humanidad arrolladora, de excelente pluma, desbordante actividad y de capacidad admirable para descubrir la presencia del Señor».

A su juicio, la celebración del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa «es una oportunidad preciosa para actualizar y asimilar las dimensiones fundamentales de la vida cristiana y apostólica en la Iglesia y también la autenticidad de la existencia humana que todos compartimos».
Concluyó su homilía recordando que la Santa «es experta en traer papas desde Roma a Ávila» y en ese sentido indicó que «confiamos que vendrá el Papa Francisco para el V Centenario de su nacimiento y estamos encantados de recibirle con gozo y la gratitud como hace años acogimos al Papa Juan Pablo II».