El cáncer de cabeza y cuello, que se produce en la mucosa tanto de la boca como de la faringe y la laringe, es una patología de tratamiento difícil que en un 90 por ciento de los casos viene detectándose en pacientes con hábitos tóxicos, es decir, fumadores. De ahí la importancia de la prevención.
Pero en todo caso, los profesionales que se ocupan de la atención de estos pacientes, en el caso de Ávila una 50 al año, que van desde los oncólogos médicos y radioterápicos hasta los radiólogos y otorrinos, deben estar preparados para ofrecer el mejor diagnóstico y un adecuado tratamiento y para ellos sirven talleres como el celebrado este sábado en el Palacio de los Velada, organizado por el Complejo Asistencial de Ávila en colaboración con Think-in, con la presencia de 40 profesionales y cuyo objetivo era ofrecer la posibilidad de identificar y diferenciar los distintos tipos de lesiones tumorales en entornos anatómicos complejos, así como obtener una orientación etimológica gracias a las imágenes que proporcional las técnicas disponibles (CT, RM, PET-CT).
Y es que, según se puso de manifiesto en el simposio, la incorporación del radiólogo con un papel protagonista permite afinar en la estimación tumoral, la planificación quirúrgica y la evaluación de la respuesta a los tratamientos. Además, la implantación de las historias clínicas electrónicas ha facilitado la posibilidad de acceder a estas herramientas de una forma sencilla y rápida.
La inauguración del taller corrió a cargo del director médico del Complejo Asistencial de Ávila, Pedro Pascual, que estuvo acompañado por el jefe del servicio de Radiodiagnóstico, Gabriel Fernández, y por el coordinador de la unidad de Oncología, José Enrique Alés.
Precisamente el doctor Alés explicó que «la idea es acercar la imagen, cada día más importante para el diagnóstico y saber si los pacientes responden al tratamiento, porque hoy en día, con la historia clínica electrónica, cualquier clínico tiene acceso a las imágenes y es importante que sepa interpretarlas».
Respecto al cáncer de cabeza y cuello, que centró este simposio, José Enrique Alés comentó que «es un territorio anatómico muy complejo y es fundamental tener un buen Departamento de Radiología que nos ayude a saber dónde está la enfermedad y su extensión, y contar con excelentes médicos que puedan tratarla, porque se necesita la colaboración de cirujanos, oncólogos médicos y radioterápicos y anatomopatólogos».
Aunque resaltó la importancia de la prevención, porque «da pena tener que destinar tantos recursos a tratamientos cuando es prevenible en una buena medida si no se fuma», también habló de los avances que se están realizando en los tratamientos, como la utilización de inmunoterapia, que «se encuentra en una fase muy inicial, pues aunque ya se han hecho ensayos clínicos, probablemente se aprueben en un plazo de cinco o seis años».
Por su parte, el jefe de Servicio de Otorrinolaringología del Complejo Asistencial de Ávila, Gonzalo Martín, subrayó que «los avances son prometedores, sobre todo en el sentido de ser más respetuosos y conservadores no sólo con el órgano, sino preservando la función de la cabeza y el cuello».
El doctor Martín ofreció un perfil del paciente de cáncer de cabeza y cuello, que suele ser «una persona -principalmente varones- con hábitos tóxicos, de entre 50 y 60 años, aunque hay casos en los que debutan más jóvenes por su pronta incorporación a esos hábitos relacionados con el tabaco». Eso sí, «se observa un aumento también en las mujeres, que antes eran casos más excepcionales», subrayó.