Demontando mitos

Marta Martín Gil
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Aspaym inició este viernes enEl Pradillo su taller 'Ponte en mis zapatos', diseñado para acercar a los chicos de Primaria la realidad del mundo de la discapacidad • La semana que viene continuará en el Milagrosa-Las Nieves

QUE la discapacidad es algo que está ahí, en la calle, en nuestro día a día, es algo que poca gente puede dudar a estas alturas del siglo XXI. Pero esa realidad tan obvia para el mundo adulto puede no serlo tanto para los más pequeños, que a no ser que la vivan en primera persona en sus casas, pasan a veces por alto este mundo.
Por eso adquieren todo su sentido talleres como el que Aspaym celebró este viernes en el colegio El Pradillo.Bajo el nombre ‘Ponte en mis zapatos’, la asociación castellano y leonesa pretende que los escolares de la región hagan precisamente eso, ponerse en los zapatos de aquellos que padecen algún tipo de discapacidad y comprendan dos cosas: que todos estamos capacitados para algo y que con esfuerzo, todo se consigue.
Y con estas dos lecciones bien aprendidas regresaron a casa los chicos de ElPradillo, que disfrutaron de la mañana en compañía de Juan Regueras, técnico de actividades juveniles de Aspaym.
Fue él el encargado de adentrarles en la discapacidad, lanzándoles en primer lugar preguntas directas como ‘¿qué es la discapacidad?’, y provocándoles con pequeñas dinámicas en las que les preguntaba cómo actuarían en clase o durante el recreo en el caso de que Leslie, una de sus compañeras, tuviera discapacidad visual.
Lo cierto es que las primeras respuestas de los chicos (sorprendentes, ingenuas, rebuscadas e incluso políticamente incorrectas en algunos casos) fueron cambiando a medida que avanzaba el taller práctico, dividico en tres fases.
En la primera de ellas, los chicos conocieron en su piel qué se siente cuando se tiene que utilizar una silla de ruedas para desplazarse.Pero, además, los estudiantes de El Pradillo comprobaron que son capaces de llenar y transportar un vaso de agua con los ojos vendados; y que con esfuerzo es posible, incluso, abrocharse los botones con las manos impedidas.
Se trataba, en definitiva, de hacerles comprender que una discapacidad no tiene por qué ser sinónimo de exclusión y que todo el mundo, con discapacidad o sin ella, es capaz de superarse y lograr grandes (y pequeñas) cosas.
El taller ‘Ponte en mis zapatos’ continuará la semana que viene en El Pradillo y se extenderá al colegio Milagrosa-Las Nieves.