'Demasiado pequeños'

Mayte Rodríguez
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Los tutores de tercer curso de tres colegios abulenses narran a Diario de Ávila cómo están planteando en clase una prueba de evaluación inédita hasta ahora

Los exámenes de la llamada reválida a los que se enfrentan en dos días los alumnos de tercero de Primaria no están preparándose en el aula de forma especial precisamente porque el objetivo de esta prueba es comprobar desde fuera el trabajo que se realiza de ordinario en clase. Así ocurre al menos en los tres colegios de Ávila cuyos maestros tutores de tercer curso han tenido a bien ofrecer su testimonio a este diario (los centros públicos Juan de Yepes y San Pedro Bautista y el concertado Milagrosa-Las Nieves). También coinciden en que son alumnos «demasiado pequeños» (nueve años, algunos ni los han cumplido aún) para afrontar este tipo de pruebas, a pesar de lo cual los niños «no están nerviosos», apuntan.

Son sus padres quienes, ante la proximidad de las fechas de celebración de la reválida, han planteado su «inquietud», algunos incluso cierta «preocupación», afirma Carmela Somoza, tutora de tercero en el colegio público Juan de Yepes, quien recientemente convocó a las familias a una reunión en la que trató de transmitir tranquilidad. «Sobre todo les preocupaba si la prueba era determinante para que el niño repitiera curso, yo les dije que no, pero evidentemente la notas que obtengan en ella figurarán en el expediente de sus hijos como figuran las de otros exámenes que hacen», afirma la maestra. Aunque la reválida «se supone que es un dato de contraste» de la enseñanza que se imparte en cada centro, ella deja bien claro que, como docente, no necesita este examen porque cree que no aportará novedades. «Yo ya sé los niños que lo harán bien y los que no porque vengo trabajando con ellos todo el curso», afirma.

Si algo ha conseguido esta primera reválida ha sido acelerar el ritmo al que ha ido impartiendo Carmela Somoza el programa del curso en las materias en las que se examinarán el lunes y el martes (Matemáticas y Lengua Española). «El 16 de mayo yo ya tenía todo terminado y repasado a pesar de que faltaba más de un mes para finalizar el curso», desvela, «porque no quería que los niños pasaran por la tesitura de que les pusieran en la prueba algo que no hubiéramos dado» por estar en la parte final del temario. No obstante, considera que esa rapidez no es buena, de ahí que propone que la reválida «si tiene que hacerse, se haga a finales de junio».

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