Dos veces lo intentó en 2018, otras dos en 2017... Así hasta sumar nueve intentos desde que en 1998 se enfrentó al Dhaulagiri por primera vez. Habrá un décimo intento la próxima primavera o al menos Carlos Soria trabajará duro para hacerlo posible. Porque el montañero abulense, que el pasado mes de octubre se sometió a una importante operación de rodilla, sigue dispuesto a conquistar la cumbre del Dhaulagiri (8.167 metros), sin duda alguna la cima que más se le resiste. «Es curioso. He hecho montañas más difíciles a la primera pero ésta, por casualidades de la vida, se me está resistiendo» decía Carlos poco antes de partir el pasado mes de septiembre en una expedición que tuvo que costearse de su bolsillo ante los problemas para encontrar un patrocinador. Y aunque su relación con el Dhaulagiri ha sido una relación de amor-odio estos años, volverá. Y con la mirada fija en el ochomil el abulense está trabajando duro.Porque la recuperación no está siendo sencilla.

«Cuando volví de la última expedición volví muy mal de la rodilla». Los dolores provocados por una antigua lesión se habían agudizado. Fue entonces cuando el doctor ManuelLeyes le aconsejó una intervención para la implantación de una prótesis de rodilla de la que aún hoy se está recuperando. Si ya de por sí el tiempo que se había marcado para la recuperación era muy ajustado teniendo en cuenta el tipo de intervencion, «tuve una infección en la piel que me ha retrasado mucho», relata a través de vídeo difundido por el abulense a través de las redes sociales. Sin embargo las ganas no le faltan a un montañero que se ha convertido en todo un ejemplo de superación. A sus 79 años –cumplirá 80 en febrero– se ha impuesto una recuperación de récord para poder estar el próximo mes de abril de nuevo en condiciones de escalar el Dhaulagiri. «Espero, esto es muy complicado, pero estoy haciendo todo lo posible» comenta el abulense a través del vídeo. «A lo mejor en abril puedo viajar al Himalaya.Espero que sí» se fija como objetivo el montañero abulense, que está trabajando duro estos meses para poder hacerlo posible. Un trabajo duro en muchos aspectos, no sólo el físico sino el económico y la necesidad de buscar un patrocinador que le ayude en la expedición.