Ávila acogerá este miércoles el fallo del XIV Premio de la Crítica de Castilla y León

David Casillas
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Dos libros dedicados a la figura de santa Teresa, uno de Juan Manuel de Prada y otro firmado por José Jiménez Lozano y Teófanes Egido, se cuentan entre los nueve finalistas

Ávila acogerá este miércoles, por cuarto año consecutivo, la reunión de jurado que fallará el Premio de la Crítica de Castilla y León, galardón convocado por el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua –dependiente de la Junta de Castilla y León– para reconocer al libro de mayor calidad publicado por un autor castellano y leonés durante el año anterior que este año alcanza su XIV edición.

El premio de este año tiene un especial protagonismo abulense, ya que dos de las nueve obras finalistas están dedicadas a santa Teresa, una novela de Juan Manuel de Prada titulada El castillo de diamante (Espasa) –que pone frente a frente a la ambiciosa y peligrosa princesa de Éboli, Ana de Mendoza, esposa de Ruy Gómez, uno de los hombres más poderosos de su tiempo, y a santa Teresa, «ungida por el don de mirar al mundo con los ojos del alma»–, y un relato literario y un ensayo histórico que conforman el trabajo Sobre Teresa de Jesús (Junta de Castilla y León), obra que tiene como autores al premio Cervantes abulense José Jiménez Lozano y al historiador Teófanes Egido –que ponen en común «su calidad literaria y su capacidad de penetración para atajar las visiones interesadas, parciales y deformadoras de Santa Teresa, personalidad compleja, con misterios y zozobras, unas veces negados y otras manipulados a lo largo del tiempo»–.

El resto de finalistas de esta nueva edición del Premio de la Crítica, que se fallará en el Palacio los Verdugo, son Gonzalo Calcedo, Miguel Casado, José Antonio González Iglesias, Gustavo Martín Garzo, Elena Santiago, Andrés Sorel y José C. Vales.

Gonzalo Calcedo opta al premio por Las inglesas (Menoscuarto), nueve cuentos unificados por  el factor común de la adolescencia con los cuales da forma a un mapa literario de esa edad decisiva, «un momento vital marcado por la búsqueda de una identidad y un camino entre angustias, rebeldías y frustraciones».

Miguel Casado ha sido seleccionado por el poemario El sentimiento de la vista (Tusquets), a través del cual «refleja el mundo del escritor, con sus viajes, personas, lugares, fogonazos, fulgores, películas y peripecias, a través de una nueva mirada que se afirma a partir de la vibración con la música callada de sus versos».

José Antonio González Iglesias opta al reconocimiento con su poemario Confiado (Visor), libro en el que el escritor salmantino prosigue su «búsqueda de la belleza de los grandes escritores grecolatinos, uniendo lo clásico y lo posmoderno entre sus versos.

Gustavo Martín Garzo vuelve a la nómina de finalistas por la novela Donde no estás (Destino), libro lleno de lirismo en el que refleja la llegada de una mujer a un pueblo «para rescatar el pasado y la historia familiar tras el fallecimiento de su madre. Allí descubre un mundo inesperado, presentado tanto desde la perspectiva del presente como la del pasado».

El regreso de Elena Santiago a la novela con Nunca el olvido (Letras en la Nube) es candidato al premio con una apuesta en la que combina «la fantasía con la impronta inconfundible de su estilo. Instalada en las obsesiones que vertebran toda su obra, ha construido una historia contra el miedo y el acoso, indagando en la zona oscura de la violencia doméstica desde el mazazo que implica una ruptura impuesta por la muerte».

Por su parte, Andrés Sorel concurre con …Y todo lo que es misterio (Akal), donde recrea la historia de amor turbulento del poeta alemán Paul Celan y la poetisa austriaca Ingeborg Bachman, «atrapados ambos en una espiral incontrolable de pasión y locura, en una historia de zozobras con la Segunda Guerra Mundial como angustioso telón de fondo».

El zamorano José C. Vales aspira al Premio de la Crítica con la novela que le hizo ganador del Premio Nadal 2015, Cabaret Biarritz (Destino),  un caleidoscópico relato que «despliega una trama compleja que acoge y reconstruye ambientes con resonancias míticas, ofrece personajes con entidad y se instala en una riqueza verbal que hace suyos todos los registros del habla a partir de un cuidado sentido de la parodia».