Bruselas propondrá incrementar el reparto de refugiados a 120.000

Agencias
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La Comisión Europea justifica que la cifra de 40.000 inmigrantes planteada inicialmente «era solo el punto de partida» y prevé implantar un mecanismo de reubicación permanente en la UE

 
 
Mientras el mundo sigue conmocionado por la imagen del niño sirio muerto en una playa turca, la crisis migratoria continúa en suelo europeo, donde miles de refugiados continúan intentando encontrar una vida mejor lejos de sus países de origen. Por ello, las autoridades comunitarias, que instaron el pasado miércoles a los países de la UE a llegar a un acuerdo sobre el reparto de 40.000 demandantes de asilo, elevó ayer sus previsiones y propondrá la próxima semana a los Estados miembro reubicar a unos 120.000 inmigrantes de las naciones más afectadas, además de un mecanismo de acogida permanente que se pueda activar de forma automática para responder a situaciones de emergencia en cualquier territorio.
Según apuntó ayer el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, durante el discurso sobre el Estado de la Unión en el pleno de la Eurocámara del próximo miércoles, avanzará «varias propuestas» en las que lleva trabajando durante el verano, «incluido el sistema de reubicación permanente».
Sobre el notable incremento de la cifra, apuntó que la idea de 40.000 anterior era «solo el punto de partida».
El dato, sin duda, es elevado y, si ya de por sí el reparto de 40.000 sin papeles había causado controversia entre los Estados, un aumento de otros 80.000 generará nuevos puntos de debate.
Sin embargo, algunos parecen más convencidos de ceder. Es el caso del Reino Unido. Y es que un día después de que el primer ministro británico, David Cameron, se negase en rotundo a abrir la puerta a más refugiados, la presión popular parece que ha podido con él. Más de 150.000 personas exigieron al premier que acepte más ilegales y el Gobierno de Londres anunció que estudiará dicha posibilidad.
Más dura se mostró la canciller alemana, Angela Merkel, quien insistió en que el peso de acoger a cientos de miles de inmigrantes debe ser compartido de forma más justa dentro de la UE y consideró que «el enfoque de Dublín no está funcionando».
Por ello, la conservadora apeló a la «Justicia y solidaridad» para resolver la crisis que vive el Viejo Continente.
De hecho, la mandataria germana, junto a su homólogo francés, François Hollande, acordaron una «iniciativa conjunta» para que el reparto sea «justo» y prevén transmitir «propuestas comunes para organizar la acogida, acelerar las normas para reforzar el sistema de asilo europeo, garantizar el retorno de los irregulares a sus países de origen y dar apoyo y cooperación necesaria a las naciones de salida y de tránsito», según indicaron en un comunicado.
Entre tanto, la situación en Hungría volvió a ser protagonista. Y es que la Policía volvió a retirarse de la estación Este de Budapest, permitiendo la entrada de cientos de refugiados que quieren viajar hacia el oeste de Europa, quienes se abalanzaron sobre los andenes para intentar subir a bordo de un tren. Sin embargo, los dos convoyes que partieron de la capital fueron interceptados apenas unos kilómetros después para bajar a los irregulares a un centro de acogida en la localidad de Bickse.
El caos y la cada vez mayor presencia de ilegales en suelo húngaro llevaron al primer ministro del país, Viktor Orban, a calificar la actual crisis de «problema alemán», ya que, según manifestó, «los inmigrantes no quieren quedarse en Hungría, Polonia o Estonia. Todos quieren viajar a Alemania».
El premier se mostró dispuesto a discutir las cuotas de reparto, pero advirtió de que para él tiene prioridad la seguridad de su nación. «La gente tiene miedo. Y eso pasa porque los líderes europeos no son capaces de controlar la situación», lamentó.
Por ello, amenazó con levantar una nueva valla en la frontera con Croacia si los demandantes de asilo comienzan a llegar «en números elevados». «Si nos fuerzan a hacerlo, lo haremos», avisó.