Los peritos que evaluaron a la presunta víctima de un delito de agresión sexual ocurrido en mayo de 2016 en La Adrada y a su supuesto agresor tomaron este martes la palabra en este juicio que se sigue en la Audiencia Provincial. Así, manifestaron los psicólogos que evaluaron a la demandante, que en el momento de la denuncia tenía 16 años, que la declaración de L. M. B es «probablemente creíble» y que la misma revelaba «secuela psicológica». Además, y sobre el hecho de que la joven no denunciara hasta tres días después de la presunta agresión sexual, apuntaron los peritos que la menor «tenía mucho miedo a que esto fuera público y saliera a la luz» y que fueron las amigas y el miedo a haber contraído una enfermedad de transmisión sexual lo que finalmente la llevó a denunciar. Por su parte, los forenses que evaluaron al procesado apuntaron que el joven, de 22 años, «no tiene afectada ni la conciencia ni la voluntad» y que es una «persona estable y opuesta a lo impulsivo y lo hostil».