Ya hay 'sentencia'. Después de varias semanas esperando, el Óbila Club de Basket ya conoce la multa que deberá afrontar tras la denuncia realizada por el Torrons Vicens Hospitalet y los insultos de carácter racista que su jugador, Erik Kibi, recibía desde la grada en los últimos segundos del partido. Insultos que la propia Federación Española de Baloncesto, a través de su Comité de Competición, atribuye a «una o dos personas» pero que ha decidido sancionar con una multa económica de 1.000 euros así como un apercibimiento al club «como responsable de la infracción de carácter grave prevista y tipificada en el Artículo 46 del Reglamento Disciplinario, por la entonación por parte del público de sonidos racistas». Una multa económica y una resolución que el club «acata, pero no comparte» por injusta. Y aunque no habrá recurso a la misma, «pues preferimos dejar ya este tema», desde la entidad verderona tienen claro que la misma se fundamenta en la mediatización del caso.