Desafiando a la lluvia y al viento, la gente de Piedralaves celebró como se merece una de sus citas más emblemáticas del año, el desfile de carnaval, que una vez más se caracterizó por el buen humor y las ganas de fiesta de todos sus participantes y por las grandes dosis de imaginación  y originalidad tanto en sus disfraces como en sus carrozas. Y es que en esta ocasión el tiempo no quiso acompañar al que sin duda es uno de los desfiles de carnaval más singulares de la provincia, por su variedad y por su elevada participación. Pero los piedralaveños no estaban dispuestos a que ni la fina lluvia ni el viento que acompañaron todo el recorrido, desde el Prado de San Roque, les aguase la fiesta.

La respuesta del público también fue buena y a lo largo de la Avenida de Castilla y León se daba cita numerosa gente, tanto de la localidad como de otros pueblos vecinos, para contemplar este entretenido pasacalles de color, eso sí, muchos de ellos acompañados por sus paraguas. Así vieron desfilar desde escarabajos peloteros junto con orugas y mariposas hasta grupos de peces, una representación de países y culturas del mundo, seres extraterrestres o el mismísimo Don Quijote.

Al finalizar el desfile, como es habitual, hubo invitación a limonada y bollos, y ya por la tarde se celebró el baile de disfraces con la orquesta Venecia, durante el transcurso del cual tuvo lugar la entrega de premios. Hoy se cerraran los carnavales con la tradicional carrera de cintas y el posterior entierro de la sardina, con invitación a sardinas y limonada.