La  impresionante colegiata de San Martín de Tours (declarada BIC en 1931), el castillo, el pozo medieval de Santa Bárbara, la muralla y su puerta de la Villa o de Piedrahía (tenía cuatro entradas a la villa), la plaza porticada, el pilón de Piedrahíta, casi una docena de casas blasonadas (de la que destaca la Casa de la Vinagre por sus peculiaridades arquitectónicas), el Ayuntamiento, con uno de los escudos más antiguos del todo el Valle del Corneja, el calvario o vía crucis de piedra…. Por todo ello, y especialmente por su la importancia histórica (la villa fue declarada el 4 de mayo de 1983 Conjunto Histórico Artístico), la Diputación ha puesto sus ojos en Bonilla de la Sierra, la ‘Bonna Villa’  (que hablaba el cardenal Gil Torres en el año 1214) para poner en valor todo este impresionante patrimonio artístico y cultural y fomentar turísticamente a esta villa. Lo merece. Baste darse una vuelta y contemplar una riqueza que poco a poco se está perdiendo y el paso del tiempo lo está convirtiendo en ruinas. Estamos a tiempo de ponerle freno a este deterioro. Su puesta en valor servirá para atraer a los visitantes y con ello también a las partidas presupuestarias que puedan aportar instituciones y entidades privadas para que todo este rico patrimonio histórico se consolide y no termine por desaparecer.
 

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