"En el cautiverio decíamos que mientras hay esperanza, hay vida"

diariodeavila.es
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Luis Herlindo Mendieta, que estuvo casi doce año secuestrado por las FARC, relata su experiencia y su visión actual

"En el cautiverio decíamos que mientras hay esperanza, hay vida"

Once años, siete meses y trece días. Este fue el tiempo que el general  Luis Herlindo Mendieta ‘perdió’ de su vida. Este fue el tiempo que este hombre permaneció secuestrado por las FARC en Colombia, una experiencia muy difícil de recordar y con la que tendrá que convivir toda su vida.

Luis Herlindo Mendieta fue secuestrado en la incursión terrorista que las FARC realizaron en Mitú el 1 de noviembre de 1998 mientras ejercía como comandante del Departamento de Policía Vaupés y rescatado en la ‘Operación Camaleón’ realizada por el ejército colombiano el 13 de junio de 2010.

La experiencia de aquellos años, pero sobre todo lo que aprendió y cómo ilumina ahora su vida, es el motivo de la conferencia ‘En mi desierto Jesús me habló’ que este viernes se convertirá en uno de los testimonios que se podrá escuchar dentro del congreso ‘De víctimas a supervivientes’ que se celebra en el Cites y en el que participan expertos y víctimas de secuestros y terrorismo.

¿Por qué decidió participar en este congreso?

La invitación me la hizo María Sofía Giraldo, de Víctimas Visibles (Colombia), y estoy complacido con la invitación de participar en estos eventos. Ya habíamos hecho una participación hace dos años aquí y agradecemos que nos hayan tenido en cuenta nuevamente.

La idea que se persigue en este congreso es transmitir un mensaje de esperanza ¿Es posible tras una experiencia como la que usted vivió?

A partir de un episodio trágico como ha sido un secuestro, en mi caso particular de casi doce años, en las jaulas de concentración como los llamo yo o campos de concentración que los integrantes de las FARC construyeron en la selva de Colombia y allí nos tuvieron encerrados ese tiempo con cadenas y candados, lograr superar esos casi doce años es una supervivencia diaria. Lo más importante era vivir el día, vivir el momento, uno no sabía si en el segundo siguiente, en el minuto siguiente o en la hora o en el día siguiente iba a estar vivo o no, se hacían todos los esfuerzos posibles para vivir día a día. Hay que sumar esta cantidad de días que transcurrieron, la convivencia con otros compañeros de cautiverio y lograr superar diferentes fases que ocurrieron en ese tiempo y en la parte final que fue salir a Dios gracias y la Virgen liberados en 13 de junio de 2010.

De allí en adelante es una etapa supremamente maravillosa para mí, para mi familia, porque es un renacer de nuevo, es experimentar cada día con gozo y alegría.

Siempre repito gracia Dios mío y a la Virgen porque intercedió para que saliéramos vivos de esta situación tan trágica que tuvimos, que logramos superar todas estas etapas de sufrimiento y de ahí en adelante para nosotros es un continuo vivir, disfrutar de cada cosa de la vida junto con mi esposa, mis dos hijos, mis padres, mis hermanos, toda mi familia, y participar con los compañeros y la sociedad de diferentes actividades. Parece que no hay tiempo para cumplir tantos compromisos, actividades enriquecedoras y que logran como objetivo final vivir intensamente el día a día.

Con tanto tiempo de secuestro como usted vivió ¿cuáles son sus principales recuerdos de todos aquellos años?

Fueron exactamente once años, siete meses y trece días. Los recuerdos son constantes y permanentes, quisiera que fuera un capítulo superado pero indudablemente siempre está presente en todas las actividades que uno realiza diariamente. Narrar en este momento qué fue durante ese tiempo es sumamente difícil porque fue estar enjaulado, con cadenas, con candados, padecer diferentes enfermedades por transitar en la selva, por el encerramiento, por el suministro de los medicamentos por parte de los integrantes de la FARC. A parte de eso, el no suministro de los elementos necesarios que se hacen indispensables para vivir cada día o que muchas veces suministran pero ya pasado el tiempo, como ocurría con las medicinas. También las humillaciones, el trato inhumano, cruel, ofensivo, permanente.

Incluso hoy en día los dirigentes de las FARC, los que están en Cuba, continúan sacando comunicados y utilizando una cantidad de expresiones en las cuales no nos consideran víctimas sino que ellos hablan de combatientes y se están saltando la normativa internacional de derechos humanos y el derecho internacional humanitario.

Recordar todo eso son muchos episodios, la misma toma de Mitú que fue muy violenta, el estar en esas jaulas... cuando comenzó el tiempo con el presidente Uribe con la ‘Operación Plan Colombia’ y la ofensiva militar, ametrallamientos y bombardeos cerca de los sitios donde estábamos, era superar cómo vivir diariamente y pasar estas dificultades. Y ya la parte final, lo que fue el rescate, que fue una operación violenta por parte del Ejército colombiano, con municiones, granadas, y salir vivo de la operación ‘Camaleón’ es un milagro.

 

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