Los cuchareros vivieron este domingo, 14 de septiembre, un día grande, ya que se celebraba la festividad de su patrón, el Cristo de la Vera Cruz. Desde las 9 de la mañana los vecinos se levantaron con la diana floreada que estuvo amenizada por la charanga La Sierpe. A las 12 de la mañana se celebró la solemne misa así como la presentación de los primeros frutos de la tierra.
A las 17,30 la devoción y el amor de los cuchareros hacia el Cristo de la Vera Cruz les llevó a que realizaran la veneración de la imagen del Santísimo, con el tradional besamanos. Las campanas comenzaron a repicar y la imagen del Cristo apareció a las 18,00 horas por la puerta de la iglesia. La Rondalla da sus primeros toques para comenzar la jota, los niños y mayores ataviados con los trajes típicos dan sus primeros pasos, movimientos de la jota, esa que llevan ensayando todo el año y que en estos momentos se la dedican a Él.
En la calle, le esperaba su pueblo, Pedro Bernardo y visitantes. La música empieza a sonar, le miran a su paso, vestido con su faldón rojo y rodeado de flores, le observan con devoción, sus ojos lo dicen todo, se emocionan, le agradecen alguna súplica cumplida o que aún no se ha cumplido, siguen pensando que de algún modo les ayudara a seguir con fuerza.
Las campanas siguen repicando y se procede a la procesión del Cristo por las calles del pueblo. Son centenares las personas que le acompañan, y a pesar de ser un día de trabajo, muchos vecinos que trabajan fueran han acudido a la procesión.
A la llegada a la iglesia y delante del Cristo se celebra la subasta de banzos, cintas y regalos presentados por los cuchareros a su patrón como dulce elaborado con esmero. Todos estos regalos fueron para el mejor postor en una animada subasta.