El ropero de San Esteban, saturado, no recoge ropa hasta noviembre

M.M.G.
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Abulenses sin Empleo sí acepta prendas que después pone a la venta a través de 'sonrisas'

El ropero de San Esteban, saturado, no recoge ropa hasta noviembre

 «No nos cabe ni un calcetín». Así de expresiva se muestra una de las voluntarias del ropero de la iglesia de San Juan, ubicado en los locales de la cercana iglesia de San Esteban, en la calle Vallespín. Tal es su nivel de saturación que han decidido no recoger ropa, al menos, hasta el próximo mes de noviembre, al no poder asumir la gestión de las prendas que la gente les lleva con el fin de que sean reutilizadas, por lo que remiten a los donantes a los contenedores de recogida de ropa de las calles.

Ésta es, a grandes rasgos, la situación de un servicio con muchos años de historia en Ávila y que gestiona un grupo de mujeres voluntarias, que no se muestran optimistas respecto a una posible mejora en las instalaciones, ni sobre un hipotético traslado, tal y como se aseguró hace dos años.

Fue entonces cuando desde el arciprestazgo de Ávila se anunció que existía un proyecto para crear un ropero interparroquial que, a modo de servicio único, gestionaría ‘la segunda vida’ de la ropa.

Sebastián Gil, arcipreste de Ávila, explicaba entonces a Diario de Ávila cómo la idea era crear un ropero que fuera un paso más allá, dignificando el servicio al crear algún puesto de trabajo en el mismo y al cobrar, aunque fuera una cantidad mínima, por cada prenda. Sólo así las personas que precisan de esta ayuda podrían adquirir ropa de mayor calidad y no sentir que están siendo socorridas por la caridad.

«Pero no hay novedad», confirmaba a este diario ayer mismo Gil, que no cree que el proyecto pueda llevarse a cabo a corto o medio plazo. De hecho, él mismo, como  párroco del Inmaculado Corazón de María (parroquia que albergó hasta hace unos años el segundo ropero de la ciudad) remite a la gente que aún lleva allí ropa a la Asociación Abulenses Sin Empleo (ASE), donde sí recogen prendas usadas. «Sí que recogemos ropa, tanto los excedentes del ropero de San Esteban como la que llega a las parroquias», confirma José Luis Carrera, presidente de ASE.

Es él el que explica que toda la ropa que llega a su sede de la calle Cardeñosa se clasifica en función de su estado. Así, la que se encuentra en mejores condiciones se pone a disposición de sus socios, para que la adquieran a través de su moneda social, la ‘sonrisa’.

«Y la que se encuentra en peores condiciones se la entregamos a una empresa de reciclaje de ropa, Siete, que se encuentra en Salamanca», informa Carrera.