El Real Ávila grita el 'sí se puede'

A.S.G.
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Superior al líder.El Ávila mereció el triunfo ante una Arandina a la que tuvo en sus manos en los primeros minutos, en los que monopolizó las ocasiones y estrelló un balón en el palo • El equipo mejoró sus sensaciones pero no su sequía ante el gol

Real Ávila, 0

 

Arandina, 0

Darío

Zacarías

(Javi, 53’)

Dela

Edu

Marco

Kilian

Vitolo

Miguel

Nata

(Cintrano, 65’)

Bruju

(Roni, 56’)

Álex

  Álex

Borja Plaza

Borja

(Albert, 45’)

Pajarero

Sergio Noche

Seoane

Isma

Alvarez

(David Terleira, 66’)

Gustavo

Berni

Zazu

Goles

Sin goles

Árbitro

Muriel Isidro. Amonestó a los locales Marco, Nata, Miguel y Kilian; y a los visitantes Borja, David Álvarez y Borja Plaza.

Incidencias

Encuentro correspondiente a la jornada 22ª de la Tercera División, disputado en el Adolfo Suárez ante 377 espectadores.

El Real Ávila necesitaba ganar.Cuando uno vive en el último puesto de la tabla todo lo que no sean tres puntos, mucho más si es en casa, saben a poco, por no decir que suponen un paso atrás. Sin embargo el punto sumado ante la Arandina, líder por nombres y goles pero no por fútbol, tuvo su lado positivo. Era la prueba del algodón para un equipo remodelado, construido desde la caída a los infiernos y con la misión de hacer resurgir a un equipo que, esta vez sí, parece haber dado con la tecla. Dela,Marco –se complementó a la perfección con Edu– o Miguel han dado otro empaque a un vestuario donde ya esperaban Bruju y Roni. De Nata o Daniel Cintrano –quizás las piezas más importantes cuando el problema es el gol– aún hay pocas noticias más allá de sus fallos. Pero por lo pronto la visita del líder, por momentos ‘ninguneado’ por el Real Ávila, dejó la lectura de que el equipo encarnado pudo poner, esta vez sí, los cimientos de la remontada. Y no es un canto a la ‘cofradía del clavo ardiendo’, aunque sólo de sensaciones no se logra la permanencia. A partir de ahora toca confirmarlas.

Que el Real Ávila hiciese la primera del partido y la fallase es ya una triste costumbre. Lo de una segunda a renglón seguido es nuevo. Si eso se extiende 15 minutos y ante el líder es para pensar que, esta vez, algo podía llegar. Porque si Vitolo mandaba a córner el primer remate del partido, era Edu Cruz el que se elevaba en el área pequeña al saque del mismo olvidando que estaba en el área contraria. Despejó más que remató. Cantaba Julio Iglesias aquello de «la vida sigue igual». Quizás la cantó en su visita al Adolfo Suárez hace años.Y bien podría volver a cantarla. Porque a los diez minutos de juego el Real Ávila ya había tenido tres oportunidades de gol sin encontrar el premio. Kilian –minuto 7– golpeó con dureza desde la frontal sin encontrar puerta. El canario es destrucción pura pero pierde fuelle en la creación.

Percutía el Real Ávila una y otra vez ante una Arandina que a punto estuvo de volver a pagar cara su forma de defender los córners. En zona, dejaba sueltos a los rivales. Edu les perdonó en el 4’ y el palo en el 7’. Miguel se llevó las manos a la cabeza cuando entre la maraña de piernas el ‘americano’ veía como Edu metía la puntera lo suficiente como para desviar el esférico y encontrarse con la madera. De no conocerse la clasificación cualquiera hubiera pensado que el líder era el equipo encarnado. Porque el equipo de Javier Bermúdez estaba en manos del Ávila, que comprobó que tras Pajarero y Sergio Noche aún había otra línea de defensa. Porque tras un caño de Nata a Pajarero, Rabadán encaró al portero, que desvió con la puntera de la bota. Si el fútbol fuera como el boxeo los jueces ya le hubieran dado el triunfo a los locales. Hubiera sido un premio justo a los primeros 15 minutos. Porque a partir de ese momento el encuentro se niveló. La Arandina adelantó las líneas y la presión. Diego Álvarez y Seoane pidieron el balón e Isma se despegó de la cal. La calidad del menudo ‘7’ es inversamente proporcional a su estatura. Por momentos lo tuvieron, aunque sin éxito. No es algo ajeno a su fútbol, capaz de rentabilizar desde lo más mínimo.

Tuvo que esperar el líder hasta el 26’ para tener su primera ocasión cuando Berni, tras una recuperación en la salida de los encarnados, colgaba el balón y Zazu remataba de cabeza. Pidió penalti el arandino, que reclamó algo más que una pelea por la posición en la acción de Zakarias y Edu para molestar su remate.  La Arandina daba un paso adelante al tiempo que bajaban las prestaciones de los locales. Vitolo pasó del enganche a la banda izquierda, Álex tomó el camino inverso. El ex del Valladolid queda inoperativo junto a la cal. Algo similar le ocurre a Bruju si cambia de banda. Zurdo cerrado, en la banda derecha es como una apuesta a ‘todo o nada’. Y Borja e Isma le llevaron a la nada. El ex del Beroil Bupolsa se estrelló en sus caracoleos con la defensa burgalesa. Cuando encontró el espacio fue un espectador de lujo en la última que tuvo el equipo encarnado, que veía como en el 44’ Vitolo sacaba partido a una jugada embarullada sobre Nata para cruzar ante la salida de Álex. El esférico se marchaba lamiendo el palo. El once era novedoso, las caras también, pero al descanso el equipo se marchaba aplaudido tras ‘bailar’ a los arandinos por momentos pero no acabar de rematar.

El partido era un guión reconocible. Hasta que Darío rompió los moldes. En otras circunstancias la Arandina se hubiera adelantado, como tantos otros, en el arranque de la segunda mitad. Pero Darío se reivindicó. Los de Jesús Bermúdez tiraron una contra perfecta. Dela no pudo multiplicarse ante Gustavo yZazu, que recibía del cebrereño con un sutil toque. El ex encarnado no es sólo lo que marca sino lo que genera. Y generó la mejor. Sólo la salida de Darío y su estirada impidió el gol. Era la mejor de las noticias de un equipo empeñado en cambiar. No ayudarían las lesiones. Javi entró por Zakarías, tocado, mientras que Roni volvía a pisar el césped –minuto 56– por Bruju. En el Adolfo Suárez no saltaban los conejos, pero casi. Y el campo, muy pesado, se llevó por delante a ambos.

Sin gol Bermúdez apostó por David Terleira junto a Gustavo. En medio de una sequía goleadora pocos podrán entender cómo ambos no formaron de inicio. En la comprensión del fútbol por parte de Bermúdez está la explicación.Aún así se anclaron en el campo encarnado y obligaron a Edu y Marco a convertirse en Don Pantuflo poniendo en orden a ‘Zipi y Zape’. En esos momentos el partido ya no tenía dueño. Gustavo –minuto 79– cruzó el exceso y Cintrano –minuto 81– con todo de su parte lanzó fuera cuando Miguel la picó por encima de Albert y Pajarero. La maldición del ‘9’ seguía vigente. La última la tendría Vitolo en un disparo que acabó en un córner mal saboreado tras el que el público despidió al equipo bajo aplausos. Gritaron el ‘sí se puede’. Se puede, ciertamente, pero más vale que se pueda pronto.