Más de diez años con el vaivén del tren

M. Espeso
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Desde Cascos y Acebes anunciaran por sorpresa, en 2001, la conexión de la provincia a la Alta Velocidad, el AVE de Ávila ha ido dando un paso para adelante y otro hacia atrás, con dos proyectos y dos cambios de Gobierno de por medio

En 2001, Cascos y Acebes presentaron el ramal que iba a conectar Ávila con la Alta Velocidad. - Foto: Archivo

EL AVE de Ávila ha tenido de todo.Menos obras, y con ellas raíles y trenes, de todo: anuncios a bombo y platillo de dos Gobiernos (y ministros) diferentes, dos mapas con sus respectivos trazados, partidas presupuestadas, licitaciones en el BOE, mociones, preguntas parlamentarias, debates estériles, propaganda electoral, reproches, movilizaciones sociales, paralización, resurgimiento con otro trayecto cuatro años después.... y así podríamos seguir hasta cerca del infinito. Más de diez años con el vaivén del tren dan para mucho.

Aunque los debates en la sociedad abulense fueron anteriores, a raíz del anuncio de la línea de Alta Velocidad entre Madrid y Valladolid con paso por Segovia, el ‘kilómetro cero’ del AVE de Ávila puede situarse en el 19 de septiembre de 2001. Entonces los ministros populares Ángel Acebes (Justicia) y Francisco Álvarez Cascos (Fomento) anunciaron por sorpresa en la ciudad, con mapas incluidos, la que definieron como «la mayor obra de infraestructura de la historia abulense», una conexión de 60 kilómetros con el proyectado Corredor Norte-Noroeste a través de la localidad segoviana de Santa María la Real de Nieva que entonces se presupuestaba en 28.000 millones de pesetas. Y lo más importante, se decía que estaría concluida, y con ella la unión de Ávila a la Península y Europa, al mismo tiempo que el enlace de Valladolid y Segovia con Madrid, es decir, a finales de 2007.

Hoy, algo más de un decenio después, la realidad es que el AVE no es una realidad. Ni parece estar cerca de serlo. Esta misma semana, apenas cien días después del regreso del PP a La Moncloa, una reunión celebrada entre la Dirección General de Ferrocarriles y la Plataforma Social en Defensa del Ferrocarril de Ávila, con la presencia de los parlamentarios populares de la provincia, se saldaba con un compromiso en forma de un nuevo plazo: un año para decidir el futuro de la Alta Velocidad abulense a partir del estudio de los dos proyectos iniciados, el del Gobierno de Aznar de Santa María la Real de Nieva, descartado en 2005, y el que comenzó el Gobierno socialista en sus últimos años de vida, la conexión con Segovia. Hasta llegar a este punto, mucho se ha dicho y escrito, ríos de tinta.

En el otoño de 2007 la Plataforma del Ferrocarril marchó a La Moncloa.En el otoño de 2007 la Plataforma del Ferrocarril marchó a La Moncloa. - Foto: David Castro

Tras descartarse, según se indicó aquel día de 2001, el trazado paralelo al existente entre la capital amurallada y Madrid, por ser demasiado costoso, se optó por construir el citado ramal de 60 kilómetros, 35 de ellos paralelos a la línea Ávila-Medina y 25 de nueva construcción. Se preveía que a través de ella los abulenses pudiesen viajar a Madrid en apenas 50 minutos, a Segovia en 20 y a Valladolid en 45.

El contrato de consultoría y asistencia para la realización del estudio informativo del proyecto fue adjudicado a Ingeniería y Economía del Transporte en diciembre de 2001 por importe de 742.730, 76 euros. De ahí saldrían cuatro corredores que planteaban una distancia con Madrid que oscilaba entre 160 y 191 kilómetros y un tiempo de viaje de entre 50 y 60 minutos, los cuales fueron sometidos al procedimiento de información pública. La decisión se dejó en manos del informe del Ministerio de Medio Ambiente, que, una vez efectuada la Declaración de Impacto Ambiental, debía poner sobre la mesa los condicionantes medioamentales de cada una de las opciones propuestas. El Ayuntamiento de Ávila se decantó por el denominado corredor D, el del paso por Sanchidrián por ser el que, desde su punto de vista, tenía un menor impacto ambiental.

El proyecto continuó su tramitación y pasó a las dependencias del Ministerio de Medio Ambiente, pero cuando se produjo el cambio de Gobierno, en marzo de 2004, quedó paralizado. No fue hasta la aprobación del Plan Estratégico de Infraestructuras de Transporte (PEIT), en un Consejo de Ministros de julio de 2005, cuando el Gobierno del PSOE marcó las que serían sus líneas de actuación en el capítulo de infraestructuras ferroviarias. Entonces no se contempló la opción de la conexión a la línea de Alta Velocidad de Ávila y se anunció la apuesta por la línea de Altas Prestaciones Madrid-Ávila-Salamanca, enmarcada en el horizonte de 2020. Caía en saco roto una de las principales aspiraciones de la provincia y empezaba una etapa salpicada por cruces de acusaciones, fundamentalmente entre PP y PSOE, y la intensificación de las acciones de la entonces recién creada Plataforma Social en Defensa del Ferrocarril.

Un nuevo rumbo. Un año después, en julio de 2006, el Ministerio de Fomento anunciaba el inicio de los trámites para realizar el estudio funcional del trazado entre Madrid, Ávila y Salamanca con el objetivo de que la línea fuera de Altas Prestaciones. Se pretendía aumentar la capacidad de la línea entre Madrid y Villalba para dejar más espacio a los Cercanías y que la Ávila-Madrid tuviera mayores frecuencias y servicios. Al mismo tiempo, se abogaba por que los trenes que vinieran a Ávila fueran mejores que los actuales.

La apuesta de 2006, las Altas Prestaciones. Morlán presentó el plan del PSOE. El AVE se anunció en 2010. La apuesta de 2006, las Altas Prestaciones. Morlán presentó el plan del PSOE. El AVE se anunció en 2010. - Foto: ICAL

El estudio se licitó y se adjudicó, por un importe de 764.000 euros y con un plazo de ejecución de dos años, en enero de 2007, el mes en el que también se consumó oficialmente la desaparición del proyecto del AVE de Ávila. El Boletín Oficial de la Provincial (BOP) publicaba una resolución que dejaba sin efecto el mandato encomendado durante la legislatura del PP al GIF, ya referido al Adif, de construir y administrar la línea de Alta Velocidad a Ávila desde la capital hasta su conexión con la línea Madrid-Segovia-Valladolid, la que se inauguraría a finales de ese mismo año.

Fue la época de iniciativas parlamentarias y debates mediáticos que no sacaron nada en claro, un periodo marcado por una campaña de movilizaciones sociales, con caminata incluida a La Moncloa, y por una campaña electoral para las Generales de 2008, ganadas de nuevo por el PSOE, en las que se habló y mucho del AVE. Hasta que en abril de 2010 saltó de nuevo la noticia. El ministro de Fomento, José Blanco, anunciaba en el Congreso que Ávila regresaba al mapa de la Alta Velocidad ferroviaria pero con un proyecto nuevo, una conexión de 55 kilómetros entre Ávila y Segovia que permitiría, según aseguraron, viajar de la ciudad a Madrid «en menos de 40 minutos». Fue una de las conclusiones que se extrajeron del estudio funcional de las Altas Prestaciones aunque para ello, claro está, debía iniciarse un nuevo estudio informativo. Las reacciones no se hicieron esperar. El PSOE habló de demanda cumplida y el PP de ocho años perdidos, mientras que el alcalde de la ciudad aseguraba que, según se le había transmitido por teléfono, en unos 20 días el ministro Blanco vendría a Ávila a presentar el proyecto. Nunca llegó.

El estudio, eso sí, siguió adelante. Fomento lo sacó a concurso ocho meses después del anuncio, en diciembre de 2010, y la adjudicación se produjo medio año después, en mayo de 2011, en plena campaña electoral de las pasadas Elecciones Municipales y Autonómicas. La empresa Ingeniería Idom Internacional se llevó finalmente el estudio por 886.345 euros, imponiéndose a 28 empresas.

Con dos elecciones de por medio en 2011, ganadas por el PP, poco más se ha sabido hasta esta semana. El estudio está inacabado y el compromiso alcanzado es el de finalizarlo para, a partir de ahí, y con el del anterior Gobierno del PP también sobre la mesa, decidir la opción de futuro, si es que finalmente se adopta una. El plazo es de un año. Uno más.