La localidad llora la muerte de Lina Morgan, Hija Adoptiva del pueblo

diariodeavila.es
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La conocida y querida actriz, cuya madre era natural de Las Navas y que pasó allí los veranos de su infancia, pregonó las fiestas en 2000

de agosto, Lina Morgan nos decía adiós después de una vida dedicada al escenario. Una vida, por cierto, muy vinculada con la localidad abulense de Las Navas del Marqués, donde nació su madre y donde ella misma pasó los veranos de su infancia. Su amor al Cristo de Gracia y su cariño por esta tierra estuvieron siempre presente en sus días. Tanto, que como ella misma confesaba al colaborador de esta casa Álvaro Mateos en una entrevista publicada en este periódico en 2003, no finalizaba un día sin rezarle su plegaria.

Ángeles López Segovia, Lina Morgan para su público, fue nombrada Hija Adoptiva de la Villa en 1989 y los naveros lloran hoy la pérdida de una actriz que se hizo querer por todos los que disfrutaron de su simpatía sobre los escenarios o la pudieron conocer en persona, como tuvieron el placer muchos de los naveros que escucharon su pregón en las fiestas del año 2000. «Más que un pregón, fue una declaración de amor a este maravilloso pueblo, donde tuve la suerte de veranear de pequeña, porque allí había nacido mi madre», recordaba en 2003 para Diario de Ávila. «Ella era de la familia conocida como lo Píos, y siempre nos hablaba de Las Navas, de lo bonito que era el pueblo, de la leche, de la carne, de la resinería,… Tengo muchos recuerdos: mis hermanos y yo íbamos a las eras, a la fiesta del Cristo, Además, cuando éramos pequeños, mi padre hacía un gran esfuerzo para llevarnos a veranear allí, donde lo pasábamos tan bien», continuaba hilando retazos de un pasado feliz vivido en las calles de una localidad que años después encontraba «mucho más bonita; más ciudad, en definitiva. Distinta al pueblo con tanto sabor que yo conocía, que recordaba con tanto cariño. Ahora hay muchos más chalés que antes. ¡Claro, todo ha cambiado tanto!. Recuerdo que íbamos a por la leche a las vaquerías, a la fuente a por agua, o subíamos al risco a coger lagartijas… cosas que no sé si se siguen haciendo ahora».

Lina recordaba entonces estos rincones pero también el cariño que siempre recibió por parte de los naveros. «La gente te recibe tan bien…», decía entonces y sentenciaba sobre las bondades de la Villa: «Allí se respira aire puro en todos los sentidos: tanto en el ambiente como en sus habitantes. De verdad que Las Navas es un pueblo maravilloso: así lo siento y así lo tengo que decir».

Como también sentía honda pasión por el Cristo de Gracia, cuyas medalla e imagen llevaba siempre consigo, «algo que también hacía mi madre», se emocionaba. «Soy muy creyente, tengo mucha fe en el Cristo de Las Navas y todas las noches le rezo con su plegaria, que me sé de memoria. La última vez que visité el pueblo, al entrar en la ermita, sentí una emoción especial, algo que pasa pocas veces. El corazón me latía muy deprisa y todo me pareció mucho más bonito en Las Navas desde aquel momento», descubría la querida actriz, que después de abordar otros aspectos de carácter profesional, como su posible retorno entonces a TVE, se despedía de nuestro compañero con un sentido «¡Viva el Cristo de Gracia!».