Los tres díscolos del PSC se niegan a entregar sus actas de diputados

Agencias
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Marina Geli, Joan Ignasi Elena y Nuria Ventura desoyen la recomendación de Navarro de que dejen su escaño tras apoyar la petición de competencia del 'Govern' para celebrar la consulta

Los tres díscolos del PSC se niegan a entregar sus actas de diputados - Foto: EFE Morell

Rompieron la disciplina de partido y, como consecuencia, la dirección les instó a abandonar el PSC. Apoyar en el Parlamento catalán la iniciativa de Artur Mas de pedir al Estado la potestad para convocar la consulta soberanista que prohíbe la Constitución en contra de lo marcado por la formación liderada por Pere Navarro tiene precio, un precio que los tres diputados que no cumplieron no quieren pagar. Así las cosas, Marina Geli, Joan Ignasi Elena y Nuria Ventura se reafirmaron ayer en la decisión de no entregar su acta de diputado al finalizar esta jornada el plazo establecido por el partido para hacerlo.

Geli, exconsejera de Salud y diputada por Gerona, incluso pidió a la dirección socialista que les conceda «cierto tiempo para reconducir» la crisis abierta y evitar una diáspora, que, por otra parte, consideró, ya se está produciendo. Así, aseguró que su intención no es «para nada» la de fundar un nuevo partido, una inquietud que expresó ayer mismo el secretario de Acción Política del PSC, Antonio Balmón, sino la de permanecer en la formación socialista regional, una postura que, según apuntó, apoyan muchos dirigentes y militantes.

Elena y Ventura también se refirieron a las declaraciones de Balmón y celebraron que éste haya dicho que la solución no pasa por un castigo disciplinario, sino por la responsabilidad política.

El responsable de Calidad Democrática de la ejecutiva socialista y fundador del movimiento crítico Avancem -al que pertenecen Elena y Ventura-, Jordi del Río, agradeció «el tono de diálogo y la mano tendida» de Balmón.

Del Río consideró que el líder del PSC, Pere Navarro, debe apostar por la vía política y no por la disciplinaria, ya que el ultimátum planteado supone «un oxímoron irresoluble». El dirigente sostuvo que están tranquilos ante la posibilidad de que el conflicto acabe dirimiéndose en la comisión de garantías, ya que es un órgano para valorar las buenas y malas prácticas políticas «y no un tribunal de la Santa Inquisición».

Del Río añadió que en el PSC «no sobra nadie, sino que falta mucha gente», extremo que apoyó Geli al considerar que las discrepancias no restan, sino que suman.

En silencio. Con su decisión, los tres díscolos no solo rompieron la disciplina de partido, sino que además desoyen de nuevo la recomendación que el pasado sábado les había hecho Pere Navarro apelando a que fueran «honrados» y «coherentes» renunciando a su escaño. Ayer no hubo más palabras.

«Estoy convencido de que estos tres compañeros van a renunciar a su acta, van a ser honrados y coherentes y van a seguir el camino honorable que les marcó el señor Ros», aseguraba Navarro a la entrada del Comité Federal del PSOE que se celebró en Madrid.

 No ha sido así y, en consecuencia, la herida del PSC vuelve a sangrar sin que desde Madrid puedan hacer nada por frenar la hemorragia. Ahora la pelota está, precisamente, en la dirección del grupo, que será la encargada de decidir en los próximos días sobre los tres diputados díscolos.