El Toledo se impone en los penaltis

A.S.G.
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El encuentro, que llegó con empate a cero al final de los 90 minutos, se decidió en la tanda de penaltis • José Antonio dio la victoria a los castellano manchegos al detener la sexta pena máxima de los encarnados a Carlitos

El Toledo se impone en los penaltis - Foto: David Castro

Real Ávila 5-6 Toledo

Real Ávila: Pindado, Juanito, Javi (Fernando, 86’), Bastida, Josito (Andrés, 78’), Cabrera (Gabri, 73’), Chiqui, Felipe Calle, Yagan (Carlitos, 56’), Vicente (Vila, 56’)  y Rubo (Ángel Pedro, 86’)

Toledo: Emilio, Parra, San José, Javi Sánchez, Font, Rivera, Butra, Iván Mateo, Falcón, Samu y Alfonso. También jugaron Mínguez, José Antonio, Raúl Payo, Pituli, Sergio Molina, Josevi, Acuña, Cano, Pepe, Arroyo y Álvaro

Árbitro

Vieron tarjeta amarilla los locales Bastida, Cabrera y Rubo, y los visitantes San José y Josevi.

Goles (penaltis)

0-1 Mínguez; 1-1 Andrés; 1-2 Pituli; 2-2 Bastida; 2-3 Pepe; 3-3 Vila; 3-4 Molina; 4-4 Felipe; 4-5 J. Antonio; 5-5 Chiqui; 5-6 Cano

Incidencias

Encuentro correspondiente a la disputa del XXIII Torneo Ciudad de Ávila, disputado ante cerca de 200 espectadores.

El Toledo se llevo el XXIII Trofeo Ciudad de Ávila al imponerse en los penaltis al Real Ávila después de 90 minutos por momentos aburridos, por momentos interesantes. Demasiada inconsistencia en uno y otro bando en un encuentro que tuvo que  esperar hasta el final del tiempo reglamentario para encontrar un ganador. Se lo dio José Antonio, que hacía al Toledo campeón al parar a Carlitos la sexta pena máxima de los encarnados. Tras el acierto de Cano el sevillano no tenía opción al error, sin embargo su disparo, tan fuerte como centrado, lo detuvo el portero.  

Fue el punto y final a un partido con demasiados altibajos pero en el que Diezma dejó entrever que Felipe Calle puede ser la siguiente adquisición de los encarnados. El mediocentro disputó los 90 minutos junto a Chiqui y Cabrera, que parece ya un fijo como pivote defensivo, en un encuentro que arrancó con Vicente y Yagan como extremos. Parece no encontrar su sitio el belga, demasiado lento para jugar pegado a la cal. Caso aparte es el de Vicente, que deberá adaptar su fútbol de área a la polivalencia que le exige un técnico que en la tarde del miércoles siguió probando hasta dónde da de sí su equipo.

No sacaría buenas conclusiones del inicio del choque. Si el pasado encuentro Pindado tuvo un partido plácido, el miércoles tuvo que esmerarse. Bien es cierto que el Toledo tuvo más entidad que el Internacional - no deja de ser un recién descendido de Segunda B - pero el cuadro abulense salió dormido durante muchos minutos.   Si Rivera remataba solo - minuto 8 - en el área pequeña fuera, Font  veía - minuto 9 - como Pindado le sacaba la pelota con el pie cuando la grada ya veía el tanto visitante. Quince minutos tardaba el equipo local en despertar, al menos lo suficiente para demostrar que este año las jugadas a balón parado pueden ser un recurso. Cabrera - 26’ - sacó su estatura a relucir para rematar de cabeza un balón que Emilio se encontraba con fortuna. Aprovechaba el susto el Ávila para meter el miedo en el cuerpo a un Toledo que perdía el sitio y el balón.  Era el momento de apuntillarlo, pero Rubo - 27’ - y Vicente - 30’ - no aprovecharon sus ocasiones.

Se escapó el primer tiempo y el segundo arrancó con el mismo once. Quiso Diezma que los suyos empezaran a sumar minutos ante un Toledo que apostó por el tradicional carrusel de cambios. Y si en un inicio la apuesta salió bien, al menos para dominar el cuero, lo cierto es que el paso de los minutos y la entrada de Carlitos y Vila, ambos en el 56’, niveló la balanza y la declinó, al menos en ganas e intensidad, a favor de los locales.  Pudo decidir Vila, pero se estrelló contra José Antonio, y poco después Carlitos, pero mandó a las nubes. La acariciaría Mínguez - 89’ - con un zapatazo desde fuera del área, pero no encontraría puerta. Al final ambos equipos se citarían en penaltis. Ninguno hizo mayores méritos que el otro para llevarse el premio durante 90 minutos.