Ricos bocados llegados desde Grecia

Isabel Camarero Jiménez
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La IV Semana dedicada a la Cultura Griega cerró sus puertas en el Episcopio con una demostración en vivo de cocina

La IV Semana de la Cultura Griega cerraba este sábado sus puertas en Ávila. Pues bien para poner el broche... ¿qué mejor que hacerlo dejando un buen sabor de boca? De ello se encargó la cocinera helena María Zannia (para algunos más que familiar ya que presenta un programa en Canal Cocina) y quien vendió la tierra que la vio nacer como un lugar con muchas posibilidades gastronómicas y pocos secretos, pero muy claros. Allí, el arte de cocinar destaca sobre todo por dos cosas a su juicio, la sencillez, por un lado ya que: «Las cosas son 1, 2 y 3 y ya está, no hay mucha complicación», pero ante todo el triunfo de los fogones se debe «a la calidad de sus productos», por otro lado, de los productos que da la tierra. Se refería sobre todo a las olivas, los cereales, las hierbas aromáticas, hortalizas, frutas, verduras... Con un relato directo y ante todo con una demostración en vivo conquistó a un público que conectó rápidamente con ella y que no dudaba en preguntar o simplemente en levantarse a coger alguno de los ingredientes con los que ella componía «en vivo» su salsa de yogur (Tzatziki) a base de evidentemente yogur (griego, cómo no), pepino, eneldo fresco y muy, muy aromático, sal, vinagre y por supuesto aceite de oliva «virgen». 
«Nosotros sólo usamos virgen para cocinar» afirmaba orgullosa a la vez que pedía que quien quiera elaborar esta salsa tan refrescante debe buscar ante todo un yogur espeso y es que espeso es cómo debe ser el resultado final de este aperitivo y por eso aconsejaba que tras pelar el pepino había que quitar la parte central para evitar ese agua, después rallar y por supuesto quitar en reiteradas ocasiones el líquido sobrante del pepino metiéndolo en una bolsa (tipo tul) para que actúe a modo de colador.
La amena charla de la cocinera despertó incluso el interés de los visitantes a la Muralla quienes desde las alturas echaban un vistazo al patio del Episcopio para ver qué se cocía por allí.Bueno lo de cocer es un decir porque la elaboración era fría. Cerca de 40 personas pudieron presenciarlo con sumo interés, por poner un «pero»: la lluvia que amenazaba y que terminó cayendo, pero que no consiguió suspender el acto así que los asistentes tan contentos de probar los aperitivos griegos.