El fin del 'marianismo'

Leticia Ortiz (SPC)
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El adiós a la política de Sáenz de Santamaría clausura la etapa de Rajoy como presidente indiscutible del PP y acelera la 'forzada' renovación impulsada por Pablo Casado

Hace apenas tres meses y medio, nadie dudaba del liderazgo de Mariano Rajoy al frente del Gobierno y, por supuesto, del PP. A pesar de ejercer el poder en minoría, puesto que el fragmentado Congreso reflejaba más escaños de la oposición que del partido del Ejecutivo, el gallego disipaba, siempre que le preguntaban, el fantasma de un adelanto de los comicios generales. En este sentido, incluso, dejaba caer que, en caso de que las urnas volviesen a los colegios electorales, no le importaría volver a ser el cabeza de lista de su formación. Pero, en la política española de los últimos tiempos, 90 días son muchos. Tantos como para que Rajoy sea ahora un simple registrador de la propiedad que sigue, o no, la actualidad desde casa. 

Siete años en el poder que acabaron de forma abrupta cuando el PSOE presentó una moción de censura que fue el comienzo del fin no solo para el que fuera presidente del Gabinete, sino también para algunos de sus colaboradores más directos, que vieron cómo la marcha del líder les dejaba en una situación delicada, especialmente dentro de las filas de su propio partido. El caso más emblemático es, sin duda, el de Soraya Sáenz de Santamaría, cara visible de los gobiernos de Rajoy y llamada, en principio, a ser su sustituta, al menos, en la planta noble de Génova. Tres meses y medio después, la vallisoletana anunciaba que sigue el camino marcado por su jefe y abandona la política. Una marcha que puede servir de epílogo perfecto al inesperado fin del marianismo.