«Heráclito propone un conocimiento lúcido para no caer en el pesimismo»

D. Casillas
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El profesor Gustavo Fernández abrió el ciclo de conferencias de la IV Semana de la Cultura Griega acercándose a un filósofo con el que «están continuamente dialogando Platón y Aristóteles»

 
El profesor Gustavo Fernández abrió el ciclo de conferencias de la IV Semana de la Cultura Griega con una charla titulada ‘Heráclito: un pensamiento trágico’, una aproximación a una figura fundamental en la historia de la filosofía que «no es muy conocida de cara al público en general pero sí tiene un notable peso en grandes autores del mundo filosófico» y a la que el ponente se acercó «relacionándolo con la tragedia griega, que es una creación cultural del mismo periodo y uno y otra tienen muchos puntos de confluencia».
A Heráclito, comentó el ponente, «se le llamó el ‘filósofo oscuro’ porque escribía en aforismos, con frases un poco enrevesadas y juegos de palabras no fáciles de entender», un estilo de escribir del que se sirvió para crear una filosofía que fundamentalmente «nos enseña a lidiar con lo irremediable, con lo que uno no puede cambiar, y a partir de eso destilar una sabiduría vital que nos enseña a gestionar el dolor y la desgracia, igual que la tragedia, con una cierta alegría, algo que creo que es valedero para cualquier época».
Lo que hace Heráclito, resumió Gustavo Fernández, es «proponer un conocimiento lúcido del mundo que no supone caer en el pesimismo, sino sencillamente aceptar que la vida tiene cosas buenas y cosas malas; él habla de que los opuestos se complementan y que hay que aprender a ser feliz a pesar de lo malo y de lo que no depende de nosotros».
Preguntado por si en ese sentido Heráclito fue un adelantado a su tiempo, puesto que esa misma filosofía esa muy pregonada en el presente,  Gustavo Fernández manifestó que su opinión es que esa forma de afrontar la vida «vale para cualquier época, porque han pasado 2.600 años pero a veces parece que nos están interpelando a nosotros y que están haciendo preguntas que nos hacemos nosotros».
Quizás por eso, apuntó, volver la vista a ese pasado puede ayudarnos a situarnos mejor en el hoy, porque «si son clásicos es porque nunca terminan de decirnos lo que nos tienen que decir, y en cierto sentido también porque presentan ciertos modelos en los que nos vemos reflejados nosotros mismos».
Heráclito, explicó el ponente, «influyó en la tragedia griega pero también en otros filósofos mucho más cercanos a nosotros, dejando una huella especialmente destacada en Nietzsche, pero estando también muy presente en Hegel, en Marx y en otros muchos autores del siglo XIX». Lo que ocurrió con Heráclito, añadió, «es que no fue redescubierto hasta el siglo XVIII y especialmente el XIX, que es cuando realmente se le empieza a tomar en serio porque hasta entonces la Antigüedad era poco más que Platón y Aristóteles, e incluso éstos le reconocieron su mérito, están continuamente dialogando con Heráclito y conocen de primera mano, mucho mejor que nosotros, su filosofía, tanto que en los Diálogos de Platón hay numerosas citas a pasajes de Heráclito y Aristóteles es culpable de que nos hayan llegado buena parte de sus fragmentos».
 
segunda cita. Hoy, segunda cita de la Semana de la Cultura Griega, las profesoras Rosario Lumbreras y Joaquina Prudencio hablarán de ‘Mujer y guerra en la escena griega’. Será en el Episcopio, a partir de las 20,00 horas.