Un obispo abulense en Vietnam

Isabel Camarero
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La primera semana de abril se ha cumplido el 50 aniversario de la muerte del obispo de Tonkin, del abulense nacido en Mesegar del Corneja Francisco Gómez de Santiago.

MESEGAR de Corneja está orgullosa de uno de sus vecinos más ilustres y  con motivo del 50 aniversario de su muerte -que se ha cumplido esta semana, concretamente el martes 3 de abril-, quiere reconocerle su labor: es Monseñor Francisco Gómez de Santiago, mucho más conocido como el obispo de Tonkin.

Un año llevan preparando en el pueblo que le vio nacer los actos que le rendirán homenaje a partir del próximo 5 de mayo: a la cabeza del proyecto han estado Elena Avellaneda y Pablo Martín, claro que han contado para esta celebración con el apoyo y la colaboración de la asociación cultural Amigos de Mesegar. Ellos se han encargado de esos preparativos y de recopilar información sobre la vida del obispo al que rendirán homenaje con documentales, charlas, por supuesto, actos religiosos y también una visita guiada a los lugares de Ávila capital más significativos en la vida de Francisco Gómez de Santiago: todo esto llegará a partir del 5 de mayo y se extenderá hasta mediados de septiembre.

La iniciativa pretende además saldar una deuda con Gómez de Santiago, una deuda de reconocimiento a su figura y de ahí que desde Mesegar hayan iniciado los contactos con el Ayuntamiento de Ávila para que éste le reconozca su labor dedicándole una calle o al menos colocando una placa en la casa en la que pasó una buena parte de su vida (sactual calle Francisco Gallego).

Pero sobre todo, desde la asociación y a iniciativa de Avellaneda y Martín quieren aportar luz sobre el obispo de Tonkin.

tomó el hábito con 15 años. Cuentan en un documento preparado para la ocasión que las vicisitudes de la vida y probablemente por las escasas alternativas que tenían los jóvenes de un pueblo como éste llevaron a Gómez de Santiago a dedicarse a la vida religiosa.Nacido el 20 de septiembre de 1887 era hijo de gente humilde: sus padres fueron Vicente Gómez (Becedillas), y su madre Gertrudis de Santiago (Mesegar).

Gómez de Santiago se trasladó muy joven a Ávila para iniciar su formación religiosa: sus primeros estudios los cursó en el Seminario Diocesano, para después estudiar dentro de la orden dominica en el convento de Santo Domingo de Ocaña (Toledo) donde tomó el hábito en 1902 (con 15 años), realizando allí la profesión simple en 1903. Tres años después pasó al convento de Santo Tomás, donde concluyó su formación y sus estudios eclesiásticos. Fue a partir de este año cuando comenzó su labor de misionero dominico en el Extremo Oriente. Eran las llamadas «misiones evangelizadoras»: primero se establecían en la capital de la Provincia de Nuestra Señora del Rosario, en Manila (Filipinas) y desde allí se les daba destino: China, Japón, Tonkin (el actual Vietnam), Taiwán, etc.

1911, su llegada a Tonkin. Gómez de Santiago llegó a Manila a finales de 1906 o principios de 1907, donde permaneció hasta 1911, en que salió para el Vicariato del Tonkin Oriental (Hai-Phong), el actual Vietnam. En Tonkin recibió la ordenación sacerdotal  y ya en 1930 fue nombrado oficial de la curia de Hai-phong  para  tres años después ser nombrado Obispo. Su consagración episcopal tuvo lugar en la iglesia de Kesat.  En la región del Tonkin y ya siendo Obispo, siguió ejerciendo su labor pastoral y evangelizadora hasta 1952 en que presentó su dimisión y regresó a España.

La asociación cultural de Mesegar y los promotores de esta iniciativa han querido destacar la dificultad de los años que vivió su paisano en tierras vietnamitas pues allí pasó, cuentan, los años de la gobernación francesa sobre estas regiones de la Conchinchina,  la segunda Guerra Mundial, la guerra Chino - Japonesa, o los continuos conflictos con los Vietminh, una asociación de nacionalistas comunistas vietnamitas dirigidos por Ho Chi Minh. De su estancia allí se conserva una nota autobiográfica que dice así: «Llevo en el antiguo Tonkin 40 años de misionero, 18 de ellos como obispo y Vicario Apostólico de Hai-phong. En 1914 los superiores me destinaron al distrito de Nam-an, donde estuve dos años. Durante mi estancia allí tuve la ocasión de hablar con ancianos, hijos y parientes de los mártires ...Le participo que estoy condenado a muerte por los «Viet-minh», a causa de mis actividades anticomunistas en favor de nuestros buenos y sencillos cristianos..., pero no me intimidan las amenazas».

Pero llegó su jubilación. Pasó los últimos años de vida en la Escuela Apostólica de las Arcas Reales, en Valladolid, aunque compaginaba su estancia allí con periodos de tiempo en Ávila, donde residía en casa de sus sobrinos, a escasos minutos del convento de Santo Tomás.

El 3 de abril de 1962 murió y fue trasladado a Ávila donde se le rindió un gran homenaje y una comitiva le acompañó hasta ser enterrado en Santo Tomás (ver foto). Allí, en Santo Tomás se conserva su tumba, en la capilla del Viejo Cementerio, rodeado de otros obispos y también de mártires de la Guerra Civil.

Un pueblo que no le olvida. Un año lleva la asociación cultural Amigos de Mesegar, preparando el homenaje a su paisano. Unos actos conmemorativos que comenzarán el próximo 5 de mayo, será cuando se proyecte un vídeo sobre su figura para después llevar a cabo un coloquio en el espacio Meseg-arte. Ya el 14 de julio se realizará un acto religioso por su recuerdo en la iglesia parroquial de Santa Ana y después inaugurarán la exposición que lleva su nombre, Francisco Gómez de Santiago y que estará abierta hasta el 1 de septiembre de viernes a domingo y de 19 a 21 horas; por último para agosto está previsto realizar una excursión a Avila, donde se visitarán lugares y monumentos relacionados con su vida: tales como el convento de Santo Tomás y el cementerio Viejo donde está enterrado, el Santuario de Nuestra Señora de Sonsoles o su vivienda. La programación no está cerrada y desde la asociación  no descartan organizar más actos. Y es que en este pueblo de la comarca del Corneja no olvidan a un vecino que tampoco les olvidó a ellos en su día. Cuentan en la documentación que han recopilado para rendirle homenaje que «sabemos de algunas de sus visitas a su pueblo Mesegar, ya ordenado Obispo de Dausara y Vicario Apostólico de Haiphong , remontándose quizá la primera al año 1936, celebrando los 25 años de su ordenación sacerdotal. Y otra visita posterior, en 1951, donde se le recibió por todo el pueblo y las autoridades municipales del momento. Coincidió esta recepción con un día de Santa Ana (26 de julio), patrona del pueblo, por lo que el pueblo se engalanó por un doble motivo: la festividad y la recepción en años de posguerra a su vecino más ilustre. De esta visita se conserva una imagen de la Virgen de Fátima que él mismo donó a la iglesia, formando parte del rico patrimonio de ésta y de su «historia».