El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, volvió ayer a hacerse omnipresente al opinar sobre casi todas las regiones en liza el próximo 24 de mayo, así como acerca de los pactos que de ahí se derivarían. También creó, una vez más, polémica al regalar un titular que no sentó nada bien a los políticos más veteranos:que hay que jubilar a los que nacieron antes de la Transición para que la regeneración democrática pueda ser completa. Así, su proyecto consistiría en que los partidos solo podrían ser liderados «por los que no hayan conducido a España a la situación actual».
Tras presentar a los candidatos de C’s a la Comunidad de Madrid y al Ayuntamiento capitalino, Ignacio Aguado y Begoña Villacís, respectivamente, Rivera explicó que en la democracia ha habido tres grandes proyectos, el de la Transición y la incorporación a la España democrática que llevó a cabo Adolfo Suárez, la modernización del país lograda por Felipe González y la de la convergencia económica de José María Aznar. Ahora, según el barcelonés, es necesario un cuarto proyecto, que «no es de los de partido, el de Zapatero o Rajoy». «Este país necesita un proyecto para una década como mínimo», puntualizó el catalán, antes de señalar que «solo lo pueden encabezar aquellos que han nacido en democracia».
También añadió que, «con todo el respeto a las demás candidaturas y a los demás políticos que llevan 30 ó 35 años al frente, aunque hoy se vistan como adalid de la regeneración democrática, ésta pasa por gente que no tenga mochilas, ni dinero en Suiza, ni casos de corrupción.
plagio. La respuesta no tardó en producirse por parte de una histórica como la alcaldesa de Valencia desde hace 24 años y candidata del PP a la reelección, Rita Barberá, que aconsejó al líder de C’s «que respete a los mayores y que no se meta con ellos, que son muchos», al tiempo que destacó que «copia» expresiones suyas como la de hablar del «timón» al decir que su formación tendrá no solo la llave sino el timón de la gobernabilidad.
Muy posiblemente, a la dirigente levantina no le hizo ninguna gracia que el catalán acusara el pasado domingo, en un mitin en la Ciudad del Turia, al PP-PV de llevar a cabo «obras faraónicas para trincar», al tiempo que denunció que la sociedad valenciana tenía que pagar «la factura de la fiesta».
Pero no fue el único ataque desde Génova, ya que su portavoz en el Congreso de los Diputados, Rafael Hernando, le recordó que también el cabeza de lista del partido en Andalucía, Juan Marín, nació bajo el franquismo. «Cuando Rivera sostiene que solo los nacidos en democracia son capaces de regenerar España ofende a 25 millones de españoles nacidos antes», tuiteó.
La estrategia de Rivera se está revelando muy eficaz porque casi a diario tiene titulares, algo que nada fácil en campaña. Así, 24 horas después de afirmar en una cadena de televisión que ni su partido ni Podemos existirían «si PPy PSOE hubieran hecho bien las cosas», ayer, en un periódico nacional confesó que hoy por hoy, es posible pactar con Ferraz y Génova, incluso con los morados, pero solo para acuerdos puntuales, precisó el barcelonés, para luego añadir:«No creo en la formación de Gobiernos de coalición porque no dan estabilidad».
Al igual que con su sugerencia de retirar a políticos mayores, la respuesta llegó desde las filas populares, que entienden que los naranjas son el gran enemigo a batir, dado que les está erosionando con los votos. Así, la vicepresidenta del Ejecutivo central, Soraya Sáenz de Santamaría, sostuvo que ese «amplio espectro» hace pensar que el número uno de Ciudadanos, en realidad, tiene «pocas ideas» sobre Gobierno: «En política no sirve el lo mismo da o da lo mismo, uno tiene que tener ideas claves de Gobierno y con ese amplio espectro hace pensar que pocas ideas tiene el que lo propone».