El doctor Marcelo Francos, fallecido en un accidente de parapente en el mes de agosto de 2015 a los 63 años, tiene desde este jueves una rotonda a su nombre, la que da acceso al complejo hospitalario Nuestra Señora de Sonsoles, en donde ejerció su profesión desde el año 1982.

El empeño de compañeros, amigos y familiares en que su recuerdo se mantuviera vivo les llevó a solicitar al Ayuntamiento de Ávila el nombre de una calle para quien se calcula que operó a más de 8.300 abulenses y atendió a muchísimos más, y desde el Consistorio abulense se atendió a esta petición, aprobándola por unanimidad en Pleno.  Cumpliendo esa petición, un buen número de esos compañeros, amigos y familiares asistieron a un emotivo acto en el que se descubrió la placa que nombra la rotonda que da acceso al complejo hospitalario Nuestra Señora de Sonsoles en donde trabajó desde el año 1982 y en donde, por lo que se pudo comprobar en la tarde de ayer, dejó a un buen número de amistades.

Su hija Begoña, acompañada por sus hermanos Javier e Irene, agradeció en su discurso al Ayuntamiento de Ávila la posibilidad de que «el recuerdo de mi padre se mantenga vivo». La hija del cirujano destacó la «implicación y compromiso de su padre» con su profesión y con sus pacientes, mientras que el doctor Jacobo Trébol habló de Marcelo Francos «como el modelo de jefe que todos queremos tener». Trébol considera que «con este acto se hace justicia» por la «aportación a la sanidad de la provincia por parte del doctor Francos»·.

El alcalde de Ávila, José Luis Rivas, cerró el acto tras descubrir la placa junto a los hijos del doctor Francos, un recuerdo que a partir de ahora quedará para siempre en Ávila y con el que «se hace justicia con quien ha hecho tanto por los abulenses. Por sus maravillosas manos pasaron muchos ciudadanos de Ávila y con este homenaje se recuerda también el buen hacer y el buen saber del doctor».