Era la segunda vez que tomaba vida una iniciativa cuya pretensión no era otra que reunir a los vecinos de los 30 municipios que conforman la Mancomunidad del Valle Amblés. Santa María del Arroyo fue, por sorteo, el pueblo elegido para hacer el encuentro este año y hasta allí se trasladaron los alcaldes y habitantes de estas localidades, con el presidente de la Mancomunidad a la cabeza, que, a partir de las 11 horas de este sábado disfrutaron del II Día del Valle Amblés. Autoridades como el presidente de la Diputación, Agustín González, no quisieron perderse el acontecimiento tampoco y en su discurso de apertura de la fiesta, no dudó en afirmar que acercamientos como este son fundamentales en unos tiempos de reestructuraciones del territorio rural que preocupan a sus habitantes. González destacó la ayuda que desde la Institución provincial se brinda a el Día del Valle Amblés desde el pasado año. Y es que, de los 12.000 euros, aproximadamente, que viene costando poner en marcha este proyecto, la Diputación aporta la mitad y la otra mitad se sufraga desde la mancomunidad, cuyo presidente y también alcalde de Muñogalindo, Pedro Pablo Pascual, reconoció el esfuerzo que realizan todos los municipios mancomunados. Agustín González, destacó las bondades del Valle Amblés, al que definió como  «una especie de lago seco que rompió la muralla y que guarda el secreto y la riqueza del agua en su subsuelo». También elogió el trabajo de la Mancomunidad «que va aumentando servicios por lo que demuestra buena salud». Las personas son a juicio de Agustín  González la mayor riqueza de este valle cercano a la capital abulense. Luego, su patrimonio, un suelo idóneo para el cereal y otros cultivos como el de semillas de fresas, la ganadería y el entorno, «en vuelto en la montaña» fueron características que destacó el presidente de la Diputación desde la plaza de Santa María del Arroyo. En este municipio se desarrollaron durante toda la jornada múltiples y variadas actividades comenzando por la degustación de una migas del pastor, preparadas en grandes cazuelas y con una previsión de alrededor de 700 raciones. Los alumnos de la Escuela Municipal de Dulzaina de Ávila amenizaron la mañana en la que también se desarrollaron diferentes exhibiciones como la de escultura con motosierra, protagonizada por Álvaro López García o la de coches RC y Crawler, actividades a las que se unieron en la mañana ventosa pero soleada la apertura de cuatro exposiciones. El salón de la Casa Consistorial acogía la de grabados de Juan Antonio del Castillo, secretario de varios municipios de la Mancomunidad incluido el anfitrión en esta edición. Curiosa y muy recomendable, cuando menos, era también la exposición de miniaturas de Madelman, exhibida en el colegio del municipio junto a de dibujos infantiles. Sus artífices, el matrimonio formado por Raquel Aldea  y Angel Garrido, que se habían trasladado hasta el municipio del Valle Amblés exclusivamente para la ocasión desde Santander, su lugar de residencia; ofrecían una parte de su colección basada en recreaciones históricas a través de maniquíes de pequeños muñecos articulados (Madelman).

Un parque infantil con diferentes atracciones hacía las delicias de los pequeños mientras los mayores contemplaban la exposición de tractores antiguos y escuchaban con atención la introducción histórica del Valle Amblés por parte de Israel Muñoz y Jesús Caballero. Un primer pase de cetrería culminó olos actos de la mañana aunque la fiesta continuó por la tarde con otro pase de cetrería a primera hora, un espectáculo de magia de Juanje, una pasada aérea de aviones organizada por el Aeroclub Aerotraining, un certamen de dulzaina, que durante toda la jornada amenizó la calle, teatro a cargo de la compañía de aficionados de Muñana y, finalmente, la actuación de la orquesta La Burla Negra.

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