El  pintor aragonés, Francisco Guijarro, reproduce los 80 grabados al aguafuerte que configuran la colección de los Caprichos de Goya, con una novedad: el color que introduce en estas pinturas a través de la técnica que utiliza: el óleo. La muestra fue inaugurada ayer en el patio del Torreón de los Guzmanes de la Diputación, donde permanecerá abierta hasta el día 12 de diciembre. Esta obra de Goya representa una sátira de la sociedad española de finales del siglo XVIII, sobre todo de la nobleza y el clero. Francisco Guijarro ha realizado esta retrospectiva de la colección goyesca con un estilo propio plasmado en el color de toda la colección, realizado con la técnica al óleo.    El autor reconoce que el color que ha empleado «no es agresivo. Es una pintura que me gusta mucho, por lo que supone de crítica hacia la sociedad de su tiempo». Reconoce que le ha enriquecido como pintor acercarse a Goya. El dibujo es muy importante en la obra de Goya», reconocía su paisano.

Durante algo más de año y medio el pintor zaragozano se ha dedicado plenamente a esta colección. «Quería acabar cuanto antes, por ello trabajé de una manera intensiva. Mi obsesión era acabarlo cuanto antes y no se si he tardado  mucho o poco; en definitiva, pienso que depende como ha quedado la obra. Si ha quedado bien creo que el tiempo no cuenta y si queda mal, qué más te da...»