El dolor se adueña de Nepal

AGENCIAS
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La cifra oficial de fallecidos en el devastador terremoto que sacudió el pasado sábado el país se eleva hasta alcanzar los 2.500, mientras que la de heridos se mantiene en torno a los 6.000

 
La cifra de víctimas mortales en el devastador terremoto de 7,8 grados en la escala Richter que el pasado sábado se registró en Nepal, con epicentro a unos 150 kilómetros al oeste de la capital del país, no para de aumentar. Así, al cierre de esta edición, ya eran más de 2.500 los fallecidos, según el último balance oficial proporcionado por la Policía al diario Ekantipur, mientras que el número de heridos se mantenía en torno a los 6.000. Las estimaciones actuales detallaban al menos 777 muertos solo en Katmandú, que se suman a los 224 contabilizados en Bhaktapur y los 151 en Lalitpur. 
De momento, la región central del país es la más afectada por el seísmo, con 1.017 fallecidos, seguida de la parte occidental, con 209. Además, al menos 50 personas perecieron en el este del país y otras dos en el centro-oeste. 
No obstante, los centenares de desaparecidos y heridos graves que dejó el temblor tras de sí hacen temer que la cifra real de víctimas siga aumentando. «El reto inmediato para nosotros es acceder a las zonas remotas donde colapsó la mayoría de las casas. Es díficil llegar allí», indicó el portavoz de Interior nepalí, Laxmi Dhakal. Asimismo, en el Everest, donde el terremoto desató una avalancha, los fallecidos se elevaron a 19 y, en la India, las víctimas ascendieron a más de 50. Además, en China se registraron otras seis y una más en Bangladesh. 
 
80 AÑOS. El seísmo, de magnitud 7,8 en la escala de Richter, es la mayor catástrofe ocurrida en Nepal desde hace más de 80 años y, por si fuera poco, más de 24 horas después de la primera sacudida, la tierra continúa temblando. 
De hecho, el Servicio Geológico de EEUU registró una fuerte réplica de magnitud 6,7 con epicentro en el sur de la región de Kodari, cerca de la frontera con China. Los nuevos movimientos telúricos motivaron el cierre temporal del único aeropuerto internacional de Nepal y, ante la delicada situación, el primer ministro del país, Sushil Koirala, se dirigió a la comunidad internacional en busca de ayuda. 
«He pedido a nuestros amigos extranjeros su apoyo», declaró. «Afrontaremos estos tiempos oscuros, cueste lo que cueste», añadió, instando también a sus compatriotas a ofrecer «cualquier ayuda» que puedan aportar. 
 
ESTADO DE EMERGENCIA. Mientras el estado de emergencia seguía vigente en las regiones afectadas por el terremoto, hospitales y morgues se encontraban saturados y había escasez de medicamentos y reservas de sangre, según informó la Organización de las Naciones Unidas (ONU). «Entre los muertos hay muchos niños», confirmó el doctor Pratab Narayan, del Hospital Universitario. «Estamos sobrepasados por el número de pacientes», continuó. 
De igual modo, los cortes eléctricos continúan en casi todo Katmandú y el suministro de agua también se ha visto afectado. «Estamos cargando nuestros teléfonos con las baterías del coche», contaba Alina Sherstha, de la organización World Vision. A ello hay que sumar que gran parte de la rica herencia cultural del valle de Katmandú, Patrimonio Mundial de la Humanidad, está destruída. 
Muchos vecinos de la capital pasaron la noche del sábado a la intemperie por temor a nuevas réplicas. Y es que, según testigos presenciales, 24 horas después del primer seísmo, la tierra continúa temblando en Nepal. Incluso el presidente del país, Ram Baran Yadaf, durmió en una tienda de campaña, según confirmó su propio portavoz a una radio local. 
Para tratar de palíar la situación que vive el país, la ayuda internacional no ha cesado de llegar. Solo la India envió 43 toneladas de material y puso a disposición de las autoridades varios helicópteros. Buena parte de la asistencia está canalizada a través de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios.