Los alérgicos padecen este año la peor primavera desde 1995

AGENCIAS
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Casi uno de cada cuatro españoles sufre esta enfermedad, cuya prevalencia en Occidente se ha duplicado en dos décadas y aumenta a un ritmo de entre el 1 y el 2 por ciento anual

agencias / madrid
Para casi un cuarto de la población española, la primavera no es su estación preferida, ya que las alergias respiratorias que padece en esta época del año le produce escozor y segregación lagrimal, picor en la garganta y oídos, estornudos continuos, y mucho malestar, como si estuviera a punto de coger una gripe. Sufre rinitis alérgica o alergia al polen, también llamada fiebre del heno. Se trata de la manifestación más común en el país de este tipo de enfermedades, que afecta al 21 por ciento de la población y que supone el 55 por ciento de las consultas al alergólogo, según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic).
Como explica la doctora Teresa Dordal, presidenta del Comité de Rinoconjuntivitis de la Seaic, «la rinitis alérgica no es una enfermedad grave ni supone una amenaza para la vida, pero tiene dos características que le dan una gran relevancia socioeconómica: su alta prevalencia y el notable deterioro de la calidad de vida de quien la padece, a través de las importantes limitaciones que causa en las actividades cotidianas».
De acuerdo con las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la alergia al polen afecta a cerca de 400 millones de afectados en todo el mundo, de los cuales entre un 10 y un 40 por ciento son niños. Además, se da la circunstancia  de que su prevalencia sigue aumentando. Una situación, por tanto, similar a la del asma, enfermedad que afecta a día de hoy a más de 300 millones de personas y que, de mantenerse la tendencia actual, padecerán 400 millones en 2025.
La alergia es una reacción del organismo contra sustancias externas. Aunque suelen ser inocuas, el sistema inmunitario las confunde con patógenos y lanza un ataque virulento, el mismo que pondría en marcha para deshacerse de un virus o de parásitos que intentaran colarse e infectar el cuerpo. En el caso de las alergias primaverales, cuando mediante la respiración un grano de polen entra en contacto con el tejido húmedo de nariz y garganta, las células defensivas del sistema inmune, comienzan a segregar histamina, que en menos de tres segundos provoca numerosos estornudos y la secretación de fluidos para intentar expulsar al invasor del cuerpo. Luego se activan los linfocitos, liberando otras sustancias que producen inflamación, nariz tapada, dolor de cabeza y malestar.
 
la epidemia del siglo. En los últimos 15 años se han duplicado las enfermedades alergénicas en Occidente y se estima que su prevalencia aumenta cada año entre un 1 y un 2 por ciento. De seguir este ritmo, la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica (Eaaci) calcula que en un par de décadas, la mitad de la población occidental padecerá algún tipo de síntoma de esta enfermedad, por lo que se refiere a este mal como «epidemia del siglo XXI».
Una de las hipótesis más frecuentes para explicar su incremento es la llamada teoría de la higiene, según la cual el hecho de que cada vez tengamos menos contacto con bacterias, parásitos y virus hace que contemos con un sistema inmunitario menos entrenado a detectar amenazas reales, por lo que se acaba peleando contra sustancias inofensivas.