Una deuda cumplida

F.J. Rodríguez
-

La ciudad y la Escuela de Policía homenajearon a Federico Cavero «de Ávila», uno de los principales artífices de que el centro de formación se encuentre en Ávila, como lo llamó Ignacio Cosidó

La viuda de Federico Cavero y su hija Regina descubren la placa, ante la mirada del director general de la Policía y el alcalde de Ávila - Foto: David Castro

La ciudad de Ávila cumplió este miércoles con una de las deudas que tenía contraídas: el homenaje al comisario principal Federico Cavero, uno de los principales artífices de que la  Escuela Nacional de Policía se encuentre en Ávila y también del nuevo rumbo que tomó la Policía Nacional en España, para adaptarse a  una nueva situación política que se abría allá el final de los años setenta y principios de los setenta. En el acto, que se llevó a cabo en la Escuela Nacional de Policía, participaron conjuntamente el Ayuntamiento de la ciudad y el propio centro de formación, de quien partió la iniciativa de este homenaje. Para ello fue descubierta una placa con el nombre de la calle que a partir de hoy lleva el nombre de este insigne policía. La calle es la vía de servicio que va paralela a la Avenida de Juan Carlos I y que termina en la puerta del centro de formación. En el acto estuvo presente el director general de la policía, Ignacio Cosidó y el alcalde de la ciudad, Miguel Ángel García Nieto. También se encontraba presente la viuda del homenajeado, Pepita Alemán, junto a sus hijas Mercedes, Regina, Berta y Verónica, yernos y nietos. Pepita Alemán, recordaba  a este periódico que en Ávila habían vivido durante tres años en la antigua escuela, que acogió el centro durante los años en los que se construía nueva escuela. Esos fueron los años en los que Federico Cavero permaneció en la ciudad impulsando el nuevo centro policial, entre 1979 y 1983. Recordó que fueron unos años muy buenos, según recordaba, los mejores para su marido, como también corroboró en su intervención su hija Regina, quien agradeció también a la Escuela y al Ayuntamiento esta iniciativa para homenajear a su padre y añadió que su padre había sido el impulsor de una Policía «al servicio de los ciudadanos y de la democracia».

En el acto se encontraban presentes también algunos de los profesores que formaron parte del primer claustro de profesores de la Escuela, Juan Manuel Soler Navarro, Esteban Rodríguez Suárez, Pedro Jesús Santiago Serrano, Luis Sáez Arenillas, así como  Ángel y Rosa, los integrantes del gabinete sanitario               de la escuela en esos primeros                         momentos.

El acto de homenaje se llevó a cabo en el auditorio principal del centro. Como en las grandes ocasiones se había preparado para tal efeméride y lo llenaba el claustro de profesores y alumnos del centro.