La granja de los huevos de oro

M.M.G.
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Avícola Redondo, ubicada en El Barraco, se ha convertido en la primera empresa de Europa en producción de huevo ecológico, tras su fusión con una granja pontevedresa y otra leonesa

La granja de los huevos de oro

 LAS 200 gallinas con las que César Redondo comenzó su pequeño negocio a mediados de los años 50 nunca supieron que serían el germen de una gran empresa que ha terminado convirtiéndose en la primera granja europea de producción de huevo ecológico.

Ahora, en pleno siglo XXI, son los tres hijos de César los que continúan al frente de un negocio con proyección internacional, ubicado en El Barraco y que da empleo a 15 personas de la comarca. Ellos son los que están detrás de la fusión de Avícola Redondo con Avega y Camperos del Páramo (granjas pontevedresa y leonesa respectivamente), un movimiento empresarial que busca aprovechar sinergias para conseguir el mejor huevo ecológico del mercado.

«Ellos vinieron a buscarnos a nosotros porque tenemos los mejores clientes VIP de Barcelona y Madrid», comienza a explicar a Diario de Ávila César Redondo hijo, que con VIP se refiere no sólo a la Casa Real o a Casa Lucio, sino a los mejores restaurantes españoles, aquellos que lucen sus estrellas Michelín en sus puertas, y a los mejores hoteles de lujo.

Porque en muchos de ellos se desayuna desde hace años los huevos puestos en El Barraco y con el dígito 0 como comienzo de su ‘DNI’, el que garantiza que han sido puestos de forma totalmente ecológica, con gallinas sueltas y alimentadas por pienso ecológico.

Esos huevos, de excelente calidad, son los ‘hermanos mayores’ de otros muchos producidos en la Granja Redondo, de donde salen también huevos camperos (aquellos puestos por gallinas que alternan jaula y suelo de campo y que se alimentan con el mismo pienso de las gallinas de jaula), huevos de jaula y huevos de suelo (aquellos que ponen las gallinas que pasan sus días sueltas en una nave).

En total hablamos de 172.000 gallinas con un producción que alcanza el 80 por ciento. La mayoría de ellas (100.000) son gallinas de jaula. Pero destierren la idea de animales hacinados, sucios y sin capacidad de movimiento. Las gallinas de Avícola Redondo son las ‘niñas bonitas’ de la avicultura española.

Desde el año 2010 (dos años antes de que lo obligara la normativa europea), las gallinas habitan en jaulas que reúnen unas condiciones idóneas para la puesta y su día a día. «Son jaulas más grandes en las que no pierden sus instintos», recalca César, que subraya precisamente eso: el respeto al instinto natural de las aves, que cuentan en sus jaulas con un nidal para poner el huevo en la zona más oscura, aseladeros en los que asentarse, baños etológicos, bocas en el comedero y limadura de uñas. «Cada gallina, que comparte jaula con otras 19, dispone de 750 centímetros cuadrados», continúa con la descripción.

Música de ópera, luz regulada para facilitarles el sueño y un sistema de refrigeración ecológico completan las condiciones ideales de las ‘suites’ de las gallinas Redondo, nacidas en Navarra y Tarragona y que desembarcan en El Barraco con 17 semanas de vida.

Antes de comenzar con su trabajo, eso sí, las gallinas pasan por un periodo de adaptación y acondicionamiento, que incluye la puesta de 25 vacunas, entre las que se encuentran tres para erradicar la salmonelosis.

Es sólo una de las muchas medidas que se llevan a cabo en la granja y que garantizan la calidad del producto, que revisan dos veces por semana técnicos de las universidades Complutense y Autónoma de Madrid. A sus análisis se suma también el buen ojo del granjero, que revisa cada día todas las jaulas y que con sólo mirar una gallina sabe, por ejemplo, si ésta tiene sed o fiebre.