Se trata de mucho más que enviar mantas. Es transmitir calor, ayuda, solidaridad, es enviar la idea de que no están solos, que el mundo les mira.

La iniciativa ‘La manta de la vida’ ya se ha convertido en todo un fenómeno social y son muchas las personas, de España pero también de fuera, que han cogido sus agujas y lanas para dedicar un poco de su tiempo a tener una manta o una parte de ella que después se pudiera unir a la de otros. Todo con el objetivo de poder enviarlas después a Siria, a las personas que no han podido huir, muchas tan pobres que ni siquiera pueden salir del país y que ahora se enfrentarán a la llegada del invierno.

Ávila también se ha sumado a la idea como se pudo ver el viernes por la tarde cuando un grupo se reunió en la tienda de Tejje Maneje para unir su trabajo. Por el momento ya tenían siete mantas enviadas, de diferentes tamaños y que incluían incluso un saco para un niño. A ellas se debían unir una o dos más, las que los voluntarios estaban tejiendo con sus manos y uniendo pieza a pieza.

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