El último paseo de octubre

Ana Agustín
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La última de las ofrendas de este mes a la Virgen de Sonsoles estuvo protagonizada por los vecinos de La Colilla

Ofrenda de La Colilla a la Virgen de Sonsoles. - Foto: Antonio Bartolomé

Esta era la última de las ofrendas de octubre dedicadas a la Virgen de Sonsoles, un homenaje protagonizado por los vecinos de La Colilla, que acudieron por centenares hasta el santuario en el que se venera la milagrosa imagen que tanta devoción suscita.

Cabe recordar que estas romerías tienen por objeto, en su origen, dar las gracias por la recolección y que se remontan a más de dos siglos.

Así, tras la primera de las ofrendas, denominada Ofrenda Chica, y en la que participaron los 14 pueblos de la Sierrecilla (5 de octubre), tuvo lugar la Ofrenda Grande, en la que todo el Valle Amblés rindió honores a la Virgen (12 de octubre) y este domingo 19, fueron los vecinos de La Colilla quienes acudieron en masa para celebrar a primera hora, en torno a las 10 de la mañana una misa del peregrino. Los aledaños de la ermita volvieron a convertirse en un entorno romero en el que los puestos de obleas y almendras garrapiñadas proporcionaban el ambiente festivo que caracteriza a estas ofrendas. La música de dulzaina y tamboril del grupo Azor amenizo una mañana cálida y soleada que contaría también, a las 12,00 horas, con una misa multitudinaria en la que los sonidos tradicionales de los instrumentos castellanos se entremezclaban con la oración de los fieles.

En torno a las 12,45 horas, una vez acabada la misa, las puertas de la ermita se abrieron de par en par para dejar espacio a la salida de la imagen de Nuestra Señora de Sonsoles, el momento más esperado por todos los congregados que, con aplausos y mientras sonaban los acordes del himno nacional en timbre de dulzaina, se prepararon para acompañar en procesión por el recinto sobre el que se levanta el templo esta imagen. Fue la de este domingo la tercera salida de la Virgen de Sonsoles de su casa, del lugar que concita el interés de tantos fieles a lo largo del año.

Así, portada a hombros por 16 cofrades, inició un recorrido entre cohetes festivos y un reguero de personas que quiso reconocer de nuevo sus favores. Muchas de ellas aprovecharon para comer en el recinto algunas viandas