Santa faz de Teresa

David Casillas
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El pintor abulense Ricardo Sánchez celebra en el Palacio de Superunda una exposición de pintura y dibujos en los que la imagen imaginada de la mística abulense se hermana, a veces se funde, con otras obras volcadas a la espirtiualidad

La obra del pintor abulense Ricardo Sánchez se suma desde este viernes, en forma de exposición, a la grande y creciente oferta de iniciativas que en homenaje a Teresa de Jesús se están organizando en la ciudad de Ávila, una muestra curiosamente monográfica que une pasado y presente, inspiración e investigación, tradición y novedad, y que ha encontrado buen acomodo hasta el mes de noviembre en el patio central y varias salas de la planta baja del Palacio Superunda (Caprotti).

El protagonista de esta muestra, acompañado por el alcalde de Ávila, Miguel Ángel García Nieto; el vicepresidente primero de las Cortes regionales y también vicepresidente primero de la Fundación Siglo, Fernando Rodríguez Porres, y por varios representantes de la sociedad abulense, explicó ayer en el acto inaugural de la exposición, tras agradecer la oportunidad brindada por la Fundación Villalar y el Ayuntamiento de la capital, que para esta cita ha seleccionado «dos partes muy significativas» de su obra», la primera de ellas una serie dedicada a investigar sobre el rostro de Santa Teresa –que puso en marcha tras un encargo que le realizó el escritor y periodista Jesús Fonseca, que ayer quiso apoyar a Ricardo Sánchez con su presencia–, y la segunda, íntimamente relacionada con la primera, un conjunto de pinturas y dibujos que abarcan toda su trayectoria creativa y en los que, de forma implícita o explícita, dialoga con el espíritu teresiano que puede rastrearse en cualquier rincón abulense: bodegones, cardos, paisajes místicos y crucifixiones.

Los retratos que centran el interés de la exposición por su profusión y su afán de aportar algo nuevo sobre Teresa de Jesús, explicó el artista, son «recreaciones imaginarias que he realizado basándome en las descripciones que de Santa Teresa hicieron su confesor Francisco Rivera y la beata Ana de San Bartolomé», un acercamiento a la gran mística abulense a través de su imagen para el que el autor afirma que «he renunciado a la materia y al color para jugar con la luz, las transparencias y el misterio», superponiendo en muchos casos esos retratos de la Santa con veladuras más o menos sutiles de sus textos y haciendo fusiones visuales en las que, resumió, «lo que queda al final es el texto, que es lo que de verdad nos ha llegado de ella».

El resto de la exposición, para la que Ricardo Sánchez ha seleccionado 57 cuadros en un conjunto muy bien armonizado en el que conviven obras de reciente creación y otras ejecutadas en su juventud, es una demostración no sólo de reconocimiento al espíritu grande, inabarcable y ubicuo de Santa Teresa, sino también una apuesta valiente y muy personal por «revisar buena parte de mi producción anterior», una vuelta atrás sin dejar de mirar nunca hacia delante para la que el artista se ha atrevido a fundir la pintura con la fotografía y la informática, pero manteniendo siempre «el protagonismo del dibujo».

«acontecimiento». El alcalde de Ávila, que recordó que esta exposición es «uno más de los acontecimientos ya anunciados para el V Centenario», destacó ayer que estábamos ante la obra de «uno de los grandes pintores abulenses», un creador que tras «mucho estudio y mucha profundización» en el tema abordado «ha conseguido un resultado espléndido» que «no defraudará las expectativas de la gente que venga a ver su obra».

Fernando Rodríguez, por su parte, manifestó que la Fundación Villalar había querido sumarse a la celebración del V Centenario apoyando «esta magnífica exposición», que además de ayudar a acercarse a Santa Teresa «sirve para acrecentar el sentimiento de pertenencia a nuestra tierra, porque qué mejor forma hay de conseguir ese objetivo que ayudando a conocerla».

Ambos representantes políticos no dudaron un momento en «recomendar» al público la visita a esta exposición «magnífica» que «no defraudará las expectativas» de los espectadores, visitas que podrán realizarse a diario, excepto los lunes no festivos, de 10,00 a 20,00 horas.