Hallada la mujer desaparecida en Ávila

Isabel Camarero Jiménez
-

Vecina de Ávila, de 79 años, fue ella la que avisó en torno a las diez de la noche de ayer de que había sufrido una caída "en un campo de centeno¨, pero se le apagó el móvil. En torno a las 13,30 fue localizada en el sitio de Las Fontanillas

Tras 16 horas desaparecida en las inmediaciones de Brieva, Esperanza M.M. fue localizada y, casi sorprendentemente, en buen estado de salud: sin ninguna rotura aparente, aunque con algún que otro moretón. Salvo cierta deshidratación cualquiera diría que había pasado la noche a la intemperie porque «nos recibió con un desparpajo». Así lo cuenta el comisario jefe de la Policía Nacional de Ávila José Luis Tejedor, casi sorprendido por la fortaleza de esta mujer y sobre todo por la calma que demostró en todo momento, «de verdad porque dijo que estaba perdida y que se había caído en una zanja, pero cualquiera diría que estaba en el salón de su casa haciendo calceta».Lo dice de buena tinta pues él fue una de las personas que en las primeras horas de desaparición pudo hablar con esta mujer de 79 años, ahora ya sí comprobado, en una muy buena forma física gracias a sus paseos que son costumbre en el día a día. Esperanza se perdió y Esperanza fue la que dio aviso de lo ocurrido, algo desorientada y en medio de la noche acertó a comunicar a eso de las 22 horas del martes con el servicio de emergencias 112 y con la propia Policía Nacional en reiteradas ocasiones hasta las 3,30 de la madrugada aproximadamente. Y es que fue ése el momento en que el móvil se quedó sin batería. Había salido a pasear desde la capital abulense y en un itinerario especialmente largo para lo que en ella era costumbre «pues normalmente paseaba por el centro de la ciudad», tal y como contó el portavoz de la familia Gustavo Méndez. El caso es que en su trayecto hubo un momento en el que cayó a una zanja y no pudo salir. Desde esa ubicación en medio de la nada también pudo explicar en sus comunicaciones con los servicios de emergencias que en la zona había campos de centeno, que había también ganado y que incluso había escuchado sirenas (al parecer de la zona de la escuela de policía). 
Desde el momento en que se tiene conocimiento de su desaparición se inició un amplio dispositivo de búsqueda que se fue nutriendo con el paso de las horas de más y más efectivos hasta alcanzar el centenar. Policía Nacional, Guardia Civil, miembros del Seprona, de la Policía Local, de Protección Civil, del cuerpo de Bomberos, voluntarios, ciudadanos de a pie... A ellos se sumó nada más llegar el día un helicóptero de la Policía y perros especializados en la búsqueda de personas: el primero en llegar lo hizo desde El Barco de Ávila. Estaban avisados además más efectivos del servicio de guías caninos también de la Policía Nacional provenientes de Madrid, perros de la Guardia Civil de Zamora, un helicóptero a mayores de este cuerpo y hasta alumnos de la Escuela de Policía, en definitiva para completar el dispositivo con casi 300 personas. La prioridad era encontrarla y sí la encontraron no sin mucho rastrear.
El área de búsqueda era amplísima, 12 kilómetros cuadrados. ¿Por qué no se pudo delimitar más? Entre otras cosas porque las llamadas se hicieron desde un móvil convencional que no tenía geolocalizador y entonces hubo que guiarse por los repetidores que captaron su señal: uno, en Vicolozano y otro, en Ojos Albos. Lo dicho, un amplísimo área en el que además había que tener en cuenta la maleza. Las lluvias han hecho su trabajo y los campos con y sin cultivos, para desgracia de la mujer, estaban especialmente frondosos y prácticamente había que estar encima para encontrarla.
Ella sola en medio del campo, sin batería en el móvil para poder comunicar de nuevo y decir que estaba bien, que ciertamente lo estaba y mientras, evidentemente, su familia desolada esperando a pie de Puesto de Mando Avanzado noticias sobre su ser querido. Una de sus hijas, en las pocas declaraciones que quiso hacer a la prensa aseguraba que confiaba en la fortaleza de su madre:«Es muy dura», muestra de ello que «ha querido solucionarlo ella sola» y es que no quiso contactar con su familia en el proceso desde que se perdió hasta que se quedó sin móvil. «Yo creo que no quería preocuparnos». Evidentemente no lo consiguió porque las caras de los familiares eran de suma angustia mientras estaban esperando y esa espera duró horas, muchas, 16.Fue en torno a las dos de la tarde cuando sus rostros pasaron de la preocupación a la relajación y al llanto, y de ahí a los abrazos y la alegría... La noticia llegaba desde el ‘Walkie’ de una de las policías nacionales que participaba en la búsqueda: «La han encontrado y está bien» se oyó decir en los alrededores del Puesto de Mando.
Por precaución la llevaron al Hospital Nuestra Señora de Sonsoles y lo hicieron en helicóptero porque la zona en la que fue hallada no era accesible por tierra en vehículos. El lugar del feliz encuentro, relataba el alcalde pedáneo de Brieva fue en la vereda de Fuentirieco, en el sitio de Las Fontanillas y entre dos lindes de tierra entre las que había un desnivel.Allí estaba Esperanza, ahora ya acompañada por un policía nacional y el propio alcalde pedáneo que fueron los primeros en dar con ella.
Por cierto que no lejos de allí a escasos 100 metros de donde se encontraba había estado ya durante la noche este alcalde:«No sé cómo, pero no me oyó y eso que dí voces».