El centro de la ciudad y especialmente el triángulo formado por la plaza de Santa Teresa, la plaza de Italia y el Episcopio se convirtieron ayer 23 de abril y Día del Libro para más señas en un pulmón donde poder respirar los aires de la escritura en múltiples manifestaciones. Si hubo un autor que alcanzó mayor protagonismo entonces fue Miguel de Unamuno. Ahora, cuando se cumple el 150 aniversario de su nacimiento, Ávila quiso rendirle pleitesía del mismo modo que el autor bilbaíno lo hizo con esta ciudad hace décadas en dos de sus obras: ‘Por tierras de Portugal y España’ y ‘Andanzas y visiones Españolas’, pues ambas contienen bellos pasajes referidos a la ciudad amurallada.

Para darle mayor énfasis a este acontecimiento, desde el Consistorio abulense se invitó para la ocasión a uno de los nietos del escritor, a Pablo de Unamuno quien acudió no sólo puntual a la cita con la lectura de los textos de su abuelo celebrada en el Grande sino especialmente «agradecido y honrado» con el Ayuntamiento y la ciudad. Al menos así lo explicaba amablemente a la prensa poco tiempo antes de que las perennes historias de Don Miguel se fueran escuchando en una plaza con multitud de curiosos –aunque quizá no tantos como la ocasión merecía–. Al lado de Pablo, el alcalde de Ávila, Miguel Ángel García Nieto, concejales del Ayuntamiento y abulenses y visitantes que quisieron participar de la colectiva lectura. Fue tan sólo uno de los actos que tuvo en Miguel de Unamuno a su protagonista  porque también sus textos sirvieron de fuente de inspiración para dar el pistoletazo de salida a la imaginación de los casi 70 participantes –66 para ser exactos– con los que contó el que ya es el III Certamen de Escritura Rápida Ciudad de Ávila.

El arranque de esos microrelatos venía dado: una frase al azar de ‘Por tierras de Portugal y España’ dio el pie creativo al surgir de las palabras de los aficionados escritores. Por delante «no más de 150 palabras» rezaban las bases y el inicio, el mismo para todos:«El sol acababa de ocultarse y blanda, lentamente, las parroquias tocaban las oraciones...» Dos horas por delante eran nada más y nada menos lo que tenían para tejer sus relatos y mientras ellos creaban (los niños, los jóvenes, los adultos pues esas eran las tres categorías)... la plaza de Italia vivía el Día del Libro de otra manera.

El Día de Libro tomó forma en el centro de Ávila con diversas actividades. - Foto: David Castro El despliegue de volúmenes de nueve librerías abulenses, que son dos más que el año anterior, tomaban el precioso entorno a la sombra de los olmos de una plaza en la que en algunos momentos asomaba el sol para el regocijo de sus visitantes.

Hueco especial se abrieron algunos escritores abulenses que se apuntaron a una cita que también les homenajeaba a ellos y que rubricaron con la firma de ejemplares de sus libros para la ocasión.

Libros nuevos y también libros de segunda mano se exponían en las casetas de una feria, que se prolongará hasta el domingo.

No faltaron los cuentacuentos para los más pequeños, también en El Grande, a cargo de la leonesa Maisa Marbán. Una buena apuesta municipal teniendo en cuenta que suele ser una actividad especialmente agradecida y más en un día festivo que es cuando los niños alegran y poblan las calles en mayor medida que un día laborable.

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