«Para ser un lugar de peregrinación Ávila debe cuidar los valores de Santa Teresa»

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El arzobispo de Asís, Doménico Sorrentino, abogó por que la ciudad «viva realmente la experiencia teresiana» en todos los aspectos

Domenico Sorrentino en el Cites. - Foto: David Castro

Ávila aspira a convertirse en una ciudad de peregrinación a través de la figura de Santa Teresa, tomando impulso en la celebración del cuarto centenario de su beatificación y, sobre todo, con la conmemoración del quinto centenario de su nacimiento, que tendrá lugar el próximo año.

Sin duda, Doménico Sorrentino, arzobispo de Asís, tiene un gran conocimiento de lo que supone ser un lugar de peregrinación y por ello asegura que si Ávila aspira a ser un verdadero lugar de peregrinación «debería estar atenta y cuidar los valores teresianos», no trabajar solamente en un aspecto sino vivir plenamente «la experiencia teresiana» y así atraer a los peregrinos a través de la figura de La Santa, tal y como sucede en Asís con San Francisco y Santa Clara.

Reconoce el arzobispo que Santa Teresa es una figura muy conocida y en Italia se la considera «grandísima, al igual que a toda la espiritualidad carmelitana, especialmente con el conocimiento de la pequeña Teresa, la del Niño Jesús».

Estas declaraciones las hizo tras finalizar su conferencia en el Congreso Internacional de Mística que se está realizando en el Cites con motivo del aniversario de la beatificación de Santa Teresa. Fue una propuesta en la que habló de ‘Evangelización y espiritualidad’, lo que considera que son «dos dimensiones de una misma experiencia», un reflejo de que «Dios ha venido en su Hijo para compartir su vida con nuestra vida y ahí está la espiritualidad cristiana».

Para saber transmitir estas enseñanzas a los jóvenes hay que ser «testigos de la alegría, como dice el Papa Francisco, porque así demostramos que nos sentimos salvados».

En este camino puede ayudar Santa Teresa, ya que si traducimos su experiencia a nuestras categorías actuales nos ayuda a comprender el misterio de Cristo y tener una experiencia mística descubriendo que «el Paraíso está sobre la tierra, cuando se habla de él no sólo hay que pensar en el de después, sino en el comienzo en esta tierra y así Santa Teresa nos enseña cómo vivir sobre esta tierra viviendo en el Paraíso».