Los goles mandan sobre el cansancio

A.S.G.
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Máxima eficacia. Sin necesitar desplegar un gran juego, el Real Ávila se impuso con comodidad al Unami en un duelo que llegaba marcado por el intenso derbi del pasado jueves y que los encarnados solventaron en la primera mitad

Partido del Real Ávila. - Foto: David Castro

Real Ávila, 3

 

Unami, 1

David

Josito

Rui

Javi

(Alex, 70’)

Llorián

Cabrera

(Piru, 57’)

Cueto

(Quirós, 62’)

Alex

Josu

Emilio

Pito

  Trujillo

Miguel

Álex

Kike

Fran

Terleira

Seta

(Coby, 60’)

Morales

Lastri

Chechu

(Jaime, 79’)

Christian

(Juanlu, 65’)

Goles

1-0 (minuto 28) Cueto; 2-0 (minuto 31) Pito; 3-0 (minuto 36) Pito; 3-1 (minuto 82) Juanlu

Árbitro

Barbachano Plaza.Mostró cartulinas amarillas a los locales Josito y Cabrera; y a los segovianos Álex, Kike y Christian

Incidencias

Encuentro correspondiente a la jornada 32ª de Tercera División, disputado en el Adolfo Suárez ante cerca de 250 aficionados

Como suele decirse coloquialmente, el Real Ávila ganó sin despeinarse, por la vía rápida y sin necesitar un juego lucido o vistoso ante una afición que vio como los suyos le endosaban una goleada a un Unami demasiado flojo en defensa como para comparecer en el Adolfo Suárez y esperar no volverse a Segovia con un servero castigo. Los segovianos no plantearon nada, o al menos nada de lo que tenían en mente, como luego desgranaría su entrenador. Tampoco planteó mucho más el Real Ávila  en un encuentro trampa más por la carga física con la que llegaban los jugadores que por la entidad del rival. De haber tenido más sangre, los segovianos quizás hubieran podido inquietar a un equipo que supo hacer los deberes en una primera mitad en la que su efectividad fue suficiente para decantar a su favor un partido con tantos cambios en el once como cansancio en las piernas. Lógico cuando el pasado jueves se disputó un intenso derbi que en su caso pasó factura el sábado a la Cebrereña ante La Virgen del Camino. Fuera por el cambio de nombres –entraron al once inicial  Emilio, Rui, Cueto e incluso Josu respecto al derbi– o por la colocación de los jugadores sobre el terreno de juego, lo cierto es que el comienzo del encuentro discurrió entre los bostezos, los errores y las celebraciones. Porque si por momentos los encarnados parecieron más perdidos de lo normal, los goles lo taparon todo. Cueto y Pito, con un doblete, se encargaron de cerrar el choque en apenas un suspiro. Cueto abrió la cuenta y Pito, que las que tuvo las convirtió, se encargaron de cerrar cualquier especulación al cansanció. Con goles las piernas pesan menos.  Hay ocasiones en que lo práctico también es un camino al objetivo.

Sin embargo el Real Ávila empezó sin carburar. Javi y Rui –desde hace mucho tiempo la mejor pareja de centrales del equipo– se vieron obligados a salir de la cueva en más de una ocasión para iniciar un juego que moría en zonas de tres cuartos. Emilio, en banda, parecía ahogado, y Josu y Cabezudo no parecían encontrar la forma de hacer circular el cuero con la agilidad que se necesitaba. Más de 20 minutos tardó el Real Ávila en hacer su primer acercamiento con peligro al marco de Trujillo cuando Cabrera, que actuó más como tercer central que como pivote defensivo, remataba de cabeza en las proximidades del área pequeña que se iba fuera. Emilio, poco después, quiso probar suerte desde lejos sin éxito. El equipo no funcionaba. Pito se aburría. Y ante la melancolía del almeriense aparecieron Cueto, Emilio y la fortuna. Todas a partes iguales. Se cambió de banda Emilio, cogió la pelota en el pico del área y se la cosió al pie. Con tanta suerte, como calidad, el vallisoletano se llevaba el esférico entre varios rebotes y se la ponía a Cueto, que en zona de definición metía la puntera. El balón cambiaría su trayectoria tras golpear en un defensa y descolocar a Trujillo. Era el 23’ y el Ávila abría (1-0) la lata. Y nunca mejor dicho, porque a partir de ese momento el equipo sentenció en apenas dos jugadas.

Si hasta ese momento había pasado desapercibido, Pito reclamaría su protagonismo cuando en dos remates lograba batir a Trujillo.Lo que tiene lo convierte en oro. Una ‘mina’ que Borja Jiménez debe administrar bien de cara a los playoff. Primero un fallo del exencarnado Fran –minuto 31– que regalaba un mano a mano del delantero ante el portero que el almeriense finalizaría con una preciosa vaselina (2-0) y poco después –minuto 36– un preciso pase de espuela de Emilio, que filtraba de tacón el balón al almeriense, suponía el 3-0 cuando Pito fusilaba a Trujillo, impotente ante las acometidas de un Real Ávila que, sin desplegar un buen fútbol, tenía el partido en sus manos.

 Con el mismo guión con el que arrancó la primera mitad comenzó la segunda. El Unami dio la sensación de querer algo más –Seta hacía en el 45’ su primer disparo del partido entre los tres palos– aunque no tenía armas para hacerlo. Lastri, al que Tito Domínguez colocó como único punta, se desesperó entre Javi y Rui, que le secaron sin problemas. Cabrera dio paso a Piru. Borja Jiménez buscaba cambiar el color del partido y descargar de minutos a los jugadores. Quirós sustituyó a Cueto, en este caso por un esguince en la rodilla.

Poco o nada aportaron los cambios en una segunda mitad en la que el equipo se vino abajo. El resultado y el cansancio del derbi pasaban factura, tanta como el pesado paso de los minutos. Sería en el 82’ cuando el Unami hizo el tanto de la honra cuando  Álex colaba un pase desde el lateral. Josu, recolocado de central ante la ausencia de Javi, perdió el sitio y Juanlu recogía el cuero ante David, que sólo pudo recoger (3-1) el esférico del fondo de la red.