Finaliza el verano y en el panorama político municipal arranca un nuevo curso que, en este caso, llevará directamente hasta el final de la legislatura. El alcalde de Ávila, Miguel Ángel García Nieto, que el pasado 31 de julio cumplió doce años al frente del Consistorio abulense, hace balance de los tres años que han transcurrido de esta última legislatura y de lo que pueden deparar los meses que restan hasta su conclusión. Etapa que, sin duda, en la capital abulense estará marcada por la celebración del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa de Jesús.
Entramos en la recta final de la legislatura. ¿Qué balance realiza de los tres primeros años? ¿Cree que han cumplido las expectativas?
Preveíamos una cosa pero saltaron todas las previsiones, porque ha sido una crisis muy aguda, muy profunda. Eso ha hecho que tuviésemos que hacer un esfuerzo extraordinario, y quiero tener una palabra de agradecimiento enorme para todos los funcionarios de la casa y para todos los colaboradores políticos y concejales, porque no es lo mismo gobernar y hacer cosas cuando la economía va bien que cuando va mal. Eso por un lado. Pero, por otro, las circunstancias nos han hecho salir con dos aspectos muy positivos que podemos anotar en el haber de esta temporada: hemos sido capaces de mantener un nivel de servicios extraordinario para los ciudadanos, no ha habido, como en otras ciudades, grandes contracciones en la prestación de servicios. Yhemos sido capaces de blindar los servicios sociales, compromiso que se ha cumplido hasta hoy y que se va a seguir cumpliendo.
Además, hicimos un compromiso de no despedir a nadie en esta casa y lo hemos cumplido.
También nos comprometimos a trabajar por y para el empleo, y a pesar de la falta de competencias, sí es cierto que hemos hecho muchas cosas que están ayudando y van a ayudar más a esa creación de empleo, como la nueva ordenanza que queremos poner en marcha.
Además, hemos mantenido un nivel de inversión que era poco menos que imposible al inicio de esta legislatura. La inversión, que va a estar rondando los 55 millones de euros cuando termine la legislatura, era impensable cuando empezó. Hay que pensar que sólo dos proyectos han tenido un coste de 41 millones de euros, el de obras hidraúlicas, que todavía no se ha terminado porque aún quedan por hacer las pequeñas estaciones de los barrios anexionados, que fueron 21 millones de euros; y en torno a 20 millones de euros del cambio del alumbrado a LED, que se está ejecutando, y donde queda todavía todo el alumbrado ornamental. Mientras que en el resto de inversiones normales, como puede ser el mantenimiento de vías públicas, operación asfalto... más alguna obra que se ha presentado por el camino, como la remodelación de Corral de Campanas, estamos hablando de en torno a 4 ó 5 millones de euros al año.
Ese replanteamiento ha hecho que actuaciones previstas se hayan quedado sin hacer. ¿Qué proyectos lamenta más que no se haya llevado a cabo?
Efectivamente nos presentamos con un programa con algunos proyectos que queríamos hacer y que lógicamente están lejos de ejecutarse, como el parque de Cantocigüeño, pero de lo que hoy podemos estar orgullosos es de que hemos tenido que mirar, fundamentalmente, para no descender en servicios públicos. Todo esfuerzo en inversiones gigantescas está muy bien, hay que pensar que durante los últimos doce años, desde los que yo soy alcalde, se han hecho infraestructuras de grandísimo calado. Hemos sido capaces de nutrir a esta ciudad de muchas de las infraestructuras que necesitaba y que no teníamos. Hay que pensar, por ejemplo, que hace doce años no había un auditorio municipal, y hoy tenemos el Palacio de Congresos y otros muchos más de diferentes tamaños. En instalaciones deportivas, ni soñarlo lo que había y lo que hay. Hemos pasado unos años buenos de expansión, que aprovechamos para nutrir a esta ciudad de las infraestructuras necesarias. En estos últimos años no era tan necesarias esas infraestructuras como que nos dedicáramos al mantenimiento de los servicios públicos de buena calidad y, sobre todo, a blindar los servicios sociales y a emplearnos a fondo para que el empleo mejore. Es nuestro gran déficit, el empleo, y todo lo que seamos capaces de aportar para que el empleo mejore será nuestra aportación al futuro. Bien por ser reivindicativos con otras administraciones, que lo hemos sido en el pasado y los vamos a seguir siendo en el futuro, bien porque seamos capaces de crear condiciones propicias para que el mundo de la empresa se instale en nuestro territorio, que en definitiva es lo que nos importa. Porque quien genera los puestos de trabajo no son las instituciones, son las empresas, que son a las que hay que cuidar y favorecer para que se puedan instalar en nuestro territorio.
En los meses que quedan para concluir la legislatura será, por tanto, el empleo el principal objetivo.
Tanto es así que hemos hecho una ordenanza específica en la que se recoge todo el marco fiscal beneficioso para que todas esas empresas que quieran venir tengan un cuadro mucho más apreciable que el que puedan encontrar en otras ciudades. Que sea un territorio apetecible para esas empresas. Creo que tenemos que volcarnos. Hemos puesto en marcha medidas como el ‘Contrata Pyme’, con subvención directa a los contratos que al menos tengan seis meses; como la cuota cero para menores de 30 años en el pago de autónomos, y se incluyen una batería de descuentos fiscales en el ICIO, en las tasas por construcción, en licencias de apertura..., para que las empresas tengan un marco idóneo para instalarse aquí.
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